De paso por Quevedo

15 de Julio de 2012
  • El hotel Palmar del Sol busca promover a Quevedo como destino de eventos, para lo cual cuenta con tres salones y agradables áreas al aire libre.
  • El malecón de Quevedo luce regenerado.
  • Los baños en el río son populares entre los locales y visitantes.
Texto y fotos Moisés Pinchevsky

La ciudad más comercial de la provincia de Los Ríos tiene un carácter agropecuario imposible de ignorar.

A primera vista se asoman inmensos los campos de soya. Y más allá crecen saludables las plantaciones de cacao, maíz y palma africana.

Tal escenario abraza en silencio al hotel Palmar del Sol, el cual es quizás el mejor ejemplo del cambio positivo que está experimentando la ciudad de Quevedo, para lo cual aprovecha las características naturales y agrícola de la zona.

Con cuatro años de operaciones, la aparición de este hospedaje coincide con un renacer turístico de la zona. “Recibimos a muchos visitantes de Guayaquil (a 2 horas 30 minutos), Santo Domingo (2 horas) y Quito (4 horas 30 minutos), especialmente de empresas que llegan para celebrar reuniones o agasajar a sus empleados con un fin de semana en el campo”, señala Eunice Naula, administradora de este establecimiento que luce como una agradable hostería en el campo.

Frente al Palmar del Sol funciona la estación Pichilingue del Instituto Nacional de Investigaciones Agropecuarias (Iniap), cuyos expertos laboran para mejorar los procesos agrícolas y en la crianza del ganado.

Tal lugar atrapa también las miradas de los visitantes que llegan de paso por este territorio de la provincia, generalmente en su viaje hacia Santo Domingo o Quito. Y al realizar ese cruce de miradas resulta imposible dejar de notar los trabajos que se realizan a orillas del río Quevedo para construir la llamada Ruta del Río, que en cinco kilómetros de longitud planea reunir en pocos meses restaurantes, locales de entretenimiento y áreas al aire libre. “También será donde se realicen los desfiles de la ciudad”, me cuenta el taxista que me lleva a recorrer la zona.

Hoy solo se observa maquinaria trabajando, además de unos cuantos bañistas que chapotean en ese río por donde también vuelan algunas aves acuáticas.

Tal obra será una agradable extensión de otras infraestructuras que resaltan la relación de la ciudad con los ríos que la cruzan, como el malecón local, que tiene un ambiente similar al Malecón Simón Bolívar de Guayaquil, y el puente Humberto Alvarado, inaugurado hace un año, ambos teniendo como marco el río Quevedo.

Tal sentido de pertenencia con el agua silvestre se nota también en la cantidad de personas que tienen los ríos locales como el principal entretenimiento al aire libre de la zona, además de las visitas a complejos de piscinas, principalmente en las afueras de la ciudad, donde la naturaleza parece apropiarse de los espacios sin pedir permiso.

Cosa distinta ocurre en el centro de Quevedo, donde la primera recomendación fue tener cuidado de ladrones en moto o a pie (quizás como en cualquier ciudad). También llama la atención la cantidad de comerciantes –formales e informales– que ocupan abiertamente los espacios.

Allí están dos de los desafíos que las autoridades deben resolver para que Quevedo siga recibiendo la visita de personas que disfruten de conocer ese hermoso pedazo del Ecuador.

Contactos de hoteles de primera Palmar del Sol (05) 278-5880, Del Río (05) 275-2100, y Olímpico (05) 275-0210.

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