El sueño de las fragatas: ¿Volar sin moverse?

Por Paula Tagle
27 de Octubre de 2013

“Los científicos han colocado un aparato en la cabeza de quince fragatas para registrar varias variables: velocidad, altura, número de veces que baten las alas”.

El sueño es un tema intrigante; desde su aspecto fisiológico hasta las complicadas interpretaciones freudianas. Sin embargo, jamás se me ocurrió relacionarlo con los animales. Imaginen a una fragata recostada relatando sus sueños ante un psicoanalista. Me recuerda una típica caricatura de Gary Larson. Pero hay científicos que estudian el sueño en los animales.

Dos de ellos nos visitaron a bordo del barco de turismo en el que trabajo. Fue un trueque justo. Los invitamos a almorzar y tomar una ducha de agua dulce, a cambio de una charla sobre su investigación en Genovesa. Porque allí acamparon para estudiar el sueño en las fragatas comunes.

Bryson Voirin y su asistente Ryan Tisdale trabajan para el Max Planck Institute, una institución alemana de alta reputación que se ha especializado en estudios de medicina y comportamiento.

Bryson Voirin lleva diez años en lo mismo. Empezó su carrera en el Instituto de Investigaciones tropicales del Smithsonian en Panamá. Fue allí donde decidiera dedicarse a las fragatas. Su gran interrogante es saber si duermen o no durante el vuelo, por los largos días que les toma salir a pescar. Lo lógico, sostiene Bryson, es que lo hagan, de no (hacerlo) estarían demasiado exhaustas para cumplir con el resto de sus obligaciones.

Este sería el primer estudio de tal índole realizado en animales en estado silvestre. Lo que conocemos del sueño en los animales es únicamente a través de criaturas en cautiverio. Monitoreando delfines en piscinas, por ejemplo, se sabe que duermen con la mitad del cerebro a la vez. Si el hemisferio derecho descansa, el ojo izquierdo permanece atento, y viceversa. Con ratas de laboratorio se ha observado que si se las fuerza a mantenerse despiertas ininterrumpidamente, luego de dos semanas perecen. Cualquiera que sea el resultado de la investigación de Bryson será igualmente interesante.

¿Pero cómo se investiga algo así? Los científicos han colocado un aparato en la cabeza de quince fragatas para registrar varias variables: velocidad, altura, número de veces que baten las alas. Además poseen medidores de voltaje que detectan pequeños cambios en el cerebro, registrando los diferentes patrones entre vigilia y sueño (REM, sueño paradójico, o SWS, sueño profundo).

Los aparatos cuestan $ 10.000 cada uno y deben pesar menos del 2% del total del animal.

Con dos años de investigaciones aspiran a llegar a una conclusión definitiva. Antes que nada, ¿qué es el sueño? Se define como la quiescencia en el comportamiento, la quietud completa. ¿Y cómo volar sin moverse? Es contradictorio. Pero las aves pueden planear, y en el caso de una fragata, hasta por treinta minutos, sin agitar las alas en lo absoluto.

Bryson cree que lo más seguro es que duerman, y que lo hagan en la noche cuando no precisan buscar alimento o evitar depredadores y pueden planear a alturas seguras (de 1.000 a 3.000 metros). Además, los perfiles que observa al analizar los aparatos muestran altura y velocidad constante por varios días; el récord ha sido una fragata que estuvo en el aire 20 días y se movilizó 2.200 millas, desde Genovesa hacia el sureste de ida y vuelta.

Las fragatas de Galápagos han resultado ser las aves perfectas para esta investigación. Poseen dos características valiosas: no muestran miedo, por lo que las pueden capturar con facilidad, y no son vagas, salen a pescar de verdad. Porque cuando Bryson hiciera el mismo estudio en la isla Iguana, Panamá, notó que las fragatas solo se ausentaban de los nidos por medio día.

nalutagle@yahoo.com

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