‘Me liberé del trabajo excesivo’
Empecé a trabajar a los 18 años y me sentía muy feliz. Comencé ganando poco dinero, pero el suficiente para transportarme a la Universidad Estatal, donde estudiaba Ingeniería Comercial en las noches.
El problema surgió después de que asumí el cargo de gerente en ventas. Todo iba bien hasta que un día me di cuenta de que en mi vida personal no había logrado nada, pues me faltaba tiempo para invitar a una chica a salir o nunca podía acompañar a mis padres o hermanos de viaje. Reaccioné cuando una chica, que me impactó a primera vista, me hizo notar que nunca le prestaría la atención que se merecía.
Fue entonces que supe que me había convertido en un adicto al trabajo, pero no porque yo lo quise, sino por la presión de mis jefes. Busqué orientación de un psicólogo del staff de El Especialista, quien me sugirió hacer un análisis de las prioridades y las cinco cosas más importantes a las debía dedicar la mayor parte del tiempo. Inmediatamente entré en conciencia y me di cuenta de que debía separar un tiempo para las relaciones interpersonales y afectivas, y con esto controlé mejor el tiempo de mi trabajo siendo más eficiente y efectivo.
Carlos,
Guayaquil