La muela del juicio

30 de Octubre de 2016

Las molestias por la aparición del tercer molar pueden terminar con la extracción definitiva.

La erupción de los terceros molares se da entre los 18 y 25 años; aparecen en el último lugar en la arcada del maxilar superior e inferior. En la mayoría de los casos, debido a que su erupción no se realizó con éxito en la edad indicada, el molar pierde su fuerza y no logra la posición real, según explica el Dr. Orley Álvarez, odontólogo y cirujano dentista. “Esto significa que una parte está encima de la encía o totalmente impactada, es decir, no puede romper el tejido gingival”.

Debido a la falta de espacio se generan trastornos como caries, presión en las terminaciones nerviosas (dolor) e inflamaciones que pueden derivar en infecciones y resistencia bacteriana. Ante ese cuadro, el Dr. Álex Pólit, cirujano bucal y maxilofacial, recomienda la extracción. “Los procesos inflamatorios agudos que no son tratados desarrollan abscesos (pus) que pueden producir flemones (inflamaciones), en el mejor de los casos, pero también pueden generar abscesos debajo de la lengua, lo que produce celulitis facial e, incluso, la angina de Ludwig” (infección severa); este cuadro puede producir obstrucción de las vías respiratorias y, en casos extremos, la muerte.

La temida extracción

Antes de la evaluación del cirujano dental, que incluye el estado de salud general y condiciones locales en las que se realizará la extracción, el especialista debe atender el temor normal del paciente que puede verse agudizado por antecedentes o comentarios. “Hay que darle confianza al paciente para que diga a qué se deben sus temores. En una consulta previa se pueden explicar el procedimiento y la evolución, ya que puede sorprender el cuadro posoperatorio debido al dolor e inflamación, que puede durar de tres a cinco días”, explica el Dr. Pólit, quien además es docente de la Facultad de Odontología de la Universidad de Guayaquil. El Dr. Álvarez coincide en que la comunicación con el paciente es vital, asimismo destaca seguir las recomendaciones del médico luego del procedimiento; entre otros detalles incluye la ingesta adecuada de los medicamentos, morder la gasa colocada durante al menos 45 minutos, no hacer enjuagues intensos durante el primer día del posoperatorio, aplicar hielo durante las primeras 48 horas, evitar alimentos irritantes o muy sólidos y asistir a la cita de control a los siete o diez días.

Molestias

1. Daño en las piezas dentales vecinas (caries y/o reabsorción radicular, desgastes de las raíces de la pieza dental vecina).

2. Infección y abscesos, situación que puede llegar a ser tan severa y compleja que lleve al paciente a tener que internarse en un centro hospitalario.

3. Formación de quistes y tumores, que por su crecimiento y agresividad llevarían al paciente a realizarse grandes operaciones.

4. Dolor agudo y dolor crónico maxilofacial.

5. Mayor susceptibilidad para fracturarse la mandíbula ante un golpe o trauma.

6. El eventual “apiñamiento” o cambio de posición de los dientes anteriores, así como la presión sobre ellos, ha sido asociado a los terceros molares.

7. Los problemas pueden aparecer si el paciente desea realizarse una prótesis dental que involucra ese espacio donde se encuentra el tercer molar. Para evitar complicaciones a futuro, la persona debe planificar la extracción con un especialista. (C.G.) (I)

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