La lucha contra el colesterol
Las estatinas son los medicamentos más usados para reducir el colesterol, establecidas como seguras y efectivas al reducir el riesgo de ataque cardiaco, apoplejía y muerte por enfermedad cardiaca arteriosclerótica... para la mayoría.
Poco después de que cumplí 60 años, mi nivel de colesterol inexplicablemente empezó a elevarse pese a realizar ejercicio diariamente, tener un peso saludable y llevar una dieta baja en grasas saturadas. Intenté hacerlo bajar reduciendo el queso, los huevos y la mayor parte de la carne de mi dieta y tomando diariamente un suplemento de fibra, aceites de pescado y esteroles vegetales. Sin embargo, en cada chequeo trimestral, mi colesterol total, y especialmente el colesterol LDL dañino para las arterias, era más alto que el anterior.
Cuando mi nivel de LDL alcanzó los 171 miligramos por decilitro, casi el doble de lo normal, mi médico concluyó que el hígado estaba expulsando más colesterol de lo necesario. Señaló un historial familiar paterno de ataques cardiacos a edad mediana y me aconsejó probar las estatinas. Mi nivel de LDL descendió por debajo de 100 y ha permanecido ahí durante más de una década debido a una estatina diaria y una dieta rica en vegetales.
El temor a las estatinas
Más de una cuarta parte de los estadounidenses mayores de 40 años están tomando una estatina, una cifra que pudiera aumentar a 46% de las personas entre los 40 y los 75 años según los lineamientos de prescripción más recientes, especialmente ahora que casi todas las estatinas están disponibles en genéricos poco costosos.
Un estudio reciente demostró que prescribir estatinas según los nuevos lineamientos podría reducir a la mitad el número de personas que desarrollen evidencia clínica de enfermedades cardiovasculares.
Como son baratas, efectivas y seguras para la mayoría, los médicos a menudo las prescriben para pacientes de otro modo sanos con colesterol elevado, como yo, aun cuando no tengan otros factores de riesgo cardiovascular, dijo el doctor Philio Greenland, cardiólogo de la Escuela Feinberg de Medicina de la Universidad del Noroeste.
Sin embargo, muchos de los que pudieran beneficiarse, incluidas personas con enfermedades cardiacas establecidas y factores de riesgo serios como tabaquismo, diabetes e hipertensión, no las toman por razones que incluyen su renuencia a tomar un medicamento diariamente, su preocupación por los efectos colaterales posibles o reales y, como me dijo un cardiólogo una vez, “la negación de que están en riesgo de enfermedades cardiovasculares prematuras o de muerte”. Incluso aquellos que sí las toman lo hacen inconsistentemente, socavando sus beneficios potenciales.
Conocidas por su capacidad para reducir el colesterol sérico, las estatinas también reducen la inflamación que daña las arterias que puede resultar en un coágulo. También parecen estabilizar la placa, los depósitos arteriales que pueden soltarse y causar un ataque cardiaco o apoplejía. Y podrían limpiar las arterias de placa que aún no se ha calcificado.
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Los más beneficiados
En vez de esforzarse por alcanzar un nivel meta de menos de 200 para el colesterol total y menos de 100 para el LDL, los nuevos lineamientos del Colegio Americano de Cardiología y la Asociación Americana de Cardiología se enfocan en cuatro grupos principales a los que pudieran beneficiar las estatinas.
1. Quienes tienen enfermedades cardiovasculares, incluidos los que han tenido un ataque cardiaco, apoplejía, enfermedad arterial periférica, ataque isquémico transitorio o cirugía para abrir o reemplazar arterias coronarias.
2. Personas con niveles de colesterol LDL de 190 mg o más.
3. Personas con un nivel de LDL de entre 70 y 189 mg que también tengan diabetes, un riesgo cardiovascular serio.
4. Personas con un nivel de LDL por encima de 100 que por fumar, tener sobrepeso o alta presión sanguínea, enfrenten un riesgo de 7,5% o más de tener un ataque cardiaco en un plazo de 10 años.
Ésteres de esteroles
Nutricionistas como Martha Ríos los ofrecen como una opción para los pacientes que ya están en niveles altos de LDL (lipoproteína de baja densidad). “Los esteroles vegetales son los competidores del colesterol, pues tienen una estructura similar y pueden desplazarlo e ingresar al torrente sanguíneo”, explica.
Los esteroles están en vegetales, frutas, frutos secos y semillas de girasol, pero su capacidad para pasar del intestino delgado a la sangre es muy baja. Ríos señala que “deberíamos comer 10 veces la cantidad que actualmente consumimos de estos alimentos para evitar la arteriosclerosis. Pero el esterol, al ser esterificado, multiplica su capacidad de ser absorbido”. Para ella es más realista pedir a un paciente que consuma algo que tenga ésteres de esteroles, que mandarlo a elevar drásticamente la cantidad de vegetales en la dieta. “Reducir en un 10% los valores de LDL está correlacionado con un 20% menos de probabilidades de un accidente cardiovascular”.
Ingerir de 2 a 2,5 gramos de ésteres de esteroles al día es lo correcto, opina Ríos. “Consumir más de eso, no significa ninguna mejora”. Esto obliga a contemplar las porciones correctas de alimentos grasos y no da lugar a los excesos.
Además, indica, los ésteres de esteroles solo rivalizan con el colesterol LDL, sin interferir con el HDL (lipoproteína de alta densidad), cuanto más alto el nivel, menor riesgo de padecer enfermedad coronaria).
No para todos
Sin embargo, no todos responden bien a las estatinas. Alrededor de 5 por ciento de las personas tienen dolores musculares alarmantes, y algunos experimentan un poco saludable aumento en el nivel de azúcar en la sangre.
El doctor Stephen L. Kopecky, un cardiólogo preventivo en la Clínica Mayo en Rochester, Minnesota, dijo que entre 15 y 20 por ciento de las personas eran ‘hiporrespondedores’, su nivel de LDL solo se reducía de manera mínima o en realidad aumentaba con las estatinas. Ellos quizá sean buenos candidatos para medicamentos más nuevos que reducen el colesterol mediante mecanismos diferentes.
Acción y combinaciones
“Las estatinas son los medicamentos más estudiados en el mundo”, dijo Kopecky. “Sabemos por estudios en decenas de miles de personas lo que una estatina hace en numerosos pacientes, pero no sabemos lo que numerosas estatinas harán en un paciente”. Por tanto, los médicos son alentados a probar al menos tres estatinas antes de pasar a otra opción.
Las estatinas funcionan inhibiendo una enzima llamada reductasa HMG-CoA, que controla la producción de colesterol en el hígado. Mejor estudiada entre las alternativas a las estatinas más recientes está la ezetimiba, que actúa en el tracto digestivo para bloquear la absorción del colesterol de la dieta.
No se ha demostrado que tomada sola reduzca el riesgo de un ataque cardiaco o una apoplejía, pero puede mejorar el efecto reductor del colesterol de una dosis moderada de estatina en pacientes de alto riesgo que no pueden tolerar una estatina de alta dosis. No entra en el torrente sanguíneo y no ha sido vinculada a ningún efecto adverso grave, según Donald Lloyd-Jones, director del Instituto de Ciencias Clínicas y Transnacionales de la Universidad del Noroeste.
Ha habido controversia en torno a una clase de agentes llamados inhibidores PCSK9, anticuerpos monoclonales en inyección bimensual. Bloquean una enzima que puede mantener al colesterol LDL circulando en la sangre. Falta evidencia definitiva sobre su seguridad y efectividad a largo plazo. En este momento, estos medicamentos son recomendados para personas con hipercolesterolemia familiar, un padecimiento genético de niveles extremadamente altos de LDL que puede resultar en enfermedad cardiaca fatal en una etapa temprana de la vida. (I)
INDICACIONES SOBRE ÉSTERES
Los ésteres de esteroles están orientados a personas con tendencia al colesterol alto. Deben evitarlos los niños, las mujeres embarazadas y madres lactantes, pues afectan la absorción de carotenoides y de vitaminas solubles en grasa.
ALIMENTOS FUNCIONALES
Además de productos para untar, hay otros alimentos adicionados con ésteres de esteroles: aderezo para ensalada, leche, soya, yogur, quesos, bebidas frutales, salchichas y pan. La Comisión Europea recomienda no pasar de los 3 g de fitoesteroles al día.