Feromonas para atraer

Existen sustancias que atraen al sexo opuesto receptadas por el órgano vomeronasal. La comunicación humana olfativa ha ganado interés científico.

Si no ha escuchado acerca de unas sustancias químicas especiales llamadas feromonas, ya es tiempo de que se entere. Son liberadas en los seres humanos, insectos y animales, para desencadenar una respuesta u obtener expresiones conductuales específicas. Incluso, cambios hormonales del sexo opuesto, del mismo sexo o de ambos sexos de la misma especie.

Según el psiquiatra Germánico Zambrano, estas moléculas de señalización están contenidas en los fluidos corporales tales como la orina, el sudor, las glándulas exocrinas especializados y las secreciones mucosas genitales.

Aunque se las vincula con las hormonas convencionales, que ingresan al torrente circulatorio para ejercer su efecto, no lo son realmente. Estas se propagan por el aire, son receptadas por el órgano vomeronasal (OVN) y posiblemente también por las terminaciones olfativas convencionales.

“Esto hace necesario un cuidado adicional en pacientes sometidos a cirugías cercanas a su ubicación, buscando su preservación anatómica y funcional”, asegura.

Estudios, agrega, han indicado que los receptores nasales cerca de la entrada de la nariz tenían la reacción más fuerte al aire que contiene feromonas, transfiriéndolo a estimular el hipotálamo con una señal de la atracción, el deseo sexual y la excitación.

También, el texto Las feromonas humanas y la atracción sexual, de Ludwig-Boltzmann y del Instituto de Antropología de la Universidad de Viena, Austria, refiere que desde el descubrimiento del sistema olfativo accesorio en los seres humanos (vomeronasal) la comunicación humana olfativa ha ganado interés científico.

Asimismo, en el artículo ‘Las feromonas en el sexo y la reproducción: ¿tienen un papel en los humanos?’, publicado en el Journal of Advanced Research (2012) los científicos mencionaban que los olores son muy importantes como un sistema de excitación que llama la atención a los acontecimientos y cambios ambientales significativos, aunque no sean percibidos de una manera consciente, presumiblemente porque los receptores olfativos no solo envían proyecciones a la neocorteza (constituye el 90% de la corteza cerebral humana y está formada por seis capas) para el procesamiento consciente, sino también en el sistema límbico para el procesamiento emocional.

Feromonas, ¿afrodisiacas?

Según Zambrano, quien también es sexólogo, por lo general son las empresas productoras de perfumes las que han asignado a las feromonas un poder de afrodisiaco irresistible. Estas se las extrae de los órganos genitales de algunos animales y por modificaciones o procedimientos químicos. “En realidad, hay mucha información, pero es poco la que ha sido contrastada y evaluada imparcialmente”.

Estudios desarrollados entre 1975 y 1986 por la doctora Winnifried Cutler, investigadora en el campo de la Biología de Haverford, Pensilvania, permitieron identificar y aislar dichas feromonas. Al hacerlo, decidió combinar la investigación científica con los negocios y fundó el Athena Institute, que fabrica y distribuye perfumes con esta sustancia para aumentar la atracción hacia el sexo opuesto.

Pero en el texto El gran mito de las feromonas (2010), de Richard Doty, director del Centro de Investigación para el Olor y el Sabor de la Universidad de Pensilvania, presenta evidencia que resta importancia al papel que juegan estos químicos en la seducción.

“La industria del perfume ha desarrollado varios productos con base en este hallazgo, aislando la hormona femenina en cuestión e incorporándola a sus fragancias tope de línea. Pero no es más que un mito”, asegura.

En una de las investigaciones citadas en el libro de Doty, científicos utilizaron a estos mismos macacos y consiguieron aislar la feromona, bloqueando otras influencias hormonales que pudiesen atraer a los machos. Luego encerraron a varios especímenes en una jaula, para ver si esta feromona mágica podía, por sí sola, atraer a los primates, pero no pasó nada.

Doty también realizó estos estudios en seres humanos, usando la esencia mediante mascarillas impregnadas en varones que debían observar fotos de contenido erótico. Pero tampoco, nada.

Si bien las feromonas, explica Zambrano, pueden tener una relación en la esfera sexual y en particular en los niveles de sensualidad o interés sexual por la pareja, es más importante que las personas consideren los aspectos afectivos, cognitivos y socioculturales al momento de elegir a la pareja e incluso de compatibilidad afectivo-erótica. (S.M.)