Padre en casa, pero distante

17 de Noviembre de 2013
Liliana Anchundia

Malentendidos que no logran resolverse a tiempo pueden generar en los hijos sentimiento de abandono o rechazo.

Un hombre mayor comentaba que cuando era adolescente no se comunicaba bien con su padre. Atribuía esa situación a que no tenían intereses en común, pues percibía que no ocurría igual con su hermano, con quien el papá compartía afinidad por el deporte.

El psicólogo y educador Guillermo García Wong señala que el hecho de que el papá haya coincidido con el hermano por su inclinación al deporte no supone menor atención o menor cariño; supone un perfil distinto, exclusivamente eso. Y que lo importante no es lo que ya sucedió –eso es pasado y no es modificable–, sino ver si de esas experiencias obtuvo frutos positivos para quien es hoy, para lo que quiere llegar a ser.

Si un hijo siente que su padre no le presta atención, que no lo entiende o que lo atemoriza, habrá distancia entre ellos. La psicóloga clínica Azucena Dillon explica que el sentimiento es la forma como uno interpreta la relación con el otro. Cada sujeto puede encontrar en su entorno alguien que lo quiera y lo valore, pero la naturaleza humana lleva a fijarse en lo que le hace falta e inconscientemente elige sufrir por lo que no tiene. En algunos casos encontramos padres realmente preocupados y pendientes de sus hijos, que buscan los recursos para vincularse con ellos, pero no encuentran una respuesta del otro lado. Es decir, no siempre el problema es de parte de los padres, a veces surge de un malentendido del sujeto que eligió inconscientemente sentirse en desventaja en relación con otro miembro de su entorno.

Hablar a tiempo

Los padres suelen darse cuenta de su incapacidad de comunicarse adecuadamente con sus hijos y padecen del “sentimiento de culpa”, refiere Dillon. Dependiendo de los niveles que lo invaden, pueden llegar a tomar medidas para mejorar la situación con sus hijos, pero otras veces suelen emprender la retirada de la situación de angustia y dejan a la otra persona la sensación de que no les importa, que son indiferentes ante el sufrimiento.

Foro

¿Ser firme impide ser cariñoso?Participe

El sujeto que se siente “menospreciado, apartado” debe analizar objetivamente su situación, cuestionarse ¿qué tengo yo que ver en este problema?, ¿cómo hago para cambiar la situación? Si no encuentra respuestas, debe buscar la ayuda de un profesional para encontrar recursos que fortalezcan su interior y manejar los niveles de sufrimiento que le produce su relación con el otro.

García Wong recomienda que el hijo que se siente menospreciado o apartado debe hablar a tiempo, pedir que lo escuchen y exponer cómo está experimentando la situación, pues la desatención de parte del padre traerá como consecuencia que al hijo le falten referentes en la vida, principalmente un referente que dé orden.

Apegarse y conversar

Nicholas D. Kristoff comentaba, en su reciente columna del The New York Times, la importancia de que los padres se apeguen a los hijos desde pequeños, que les lean y conversen con ellos, pues esto influirá positivamente en su vida futura. Así lo ha determinado un estudio y por ello las autoridades en Oklahoma, Estados Unidos, implementaron un programa que incentiva esta práctica a nivel preescolar.

Cada sujeto responde de manera distinta frente a su convivencia familiar. Dillon refiere que unos tratarán de corregir lo que sus padres hicieron con ellos; otros repetirán conscientes o inconscientes la actitud de sus padres. Los que logran romper el círculo vicioso son los que toman dentro de su entorno otros referentes que les sirven para abrir las opciones de modelos de identificación y evitan que sus hijos pasen lo que a ellos les tocó vivir.

Los hombres suelen ser muy precisos y concretos a la hora de conversar, por ello la queja de que son poco detallistas y poco comunicativos. Cuando llegan a ser padres no solo tienen que “hablar” con sus hijos, sino además demostrarles que los quieren, y a eso se suma el temor inconsciente de no ser lo suficientemente firmes para lograr que estos sean unos “verdaderos varoncitos”. De ahí que a los padres les resulta mucho más fácil tratar con las hijas que con los hijos.

  Deja tu comentario