Protocolo electrónico

Por Mariquita Noboa
11 de Octubre de 2015

Es verdad, la era digital nos cambió la vida, pero eso no significa que debemos desconocer u olvidar los principios básicos de educación. Solamente debemos recordar esos insistentes consejos de civilidad que nos dieron nuestros padres y educadores y trasladarlos a la modalidad electrónica que impera en el mundo de hoy.

Desde cualquier punto del planeta nos conectamos inmediatamente por razones de trabajo, salud, estudios, investigación o de orden social. En el mapa de la web no hay fronteras, pero al igual que en la mesa resplandece la buena educación, así es en todas partes, aunque sea por medio de una fría pantalla.

• Evite escribir con errores ortográficos. Si sabe que tiene falencias al escribir, el diccionario debe ser el mejor compañero.

• Tanto el correo electrónico como Facebook son herramientas de comunicación. No las utilice para enviar cadenas ni escribir comentarios que puedan herir la honra de alguien.

• Aunque Pepito sea un niño muy listo, pero que utiliza palabras soeces, no lo ponga a repetir las malcriadeces que le dice a la profesora.

• Diríjase a su destinatario de manera formal. A nivel empresarial, escriba la palabra señor, señora o señorita, tantas veces cuantas sea necesario.

• Al despedirse, hágalo igualmente con la formalidad que requiere una comunicación entre personas adultas. No ponga “bendiciones” ni “besitos”. Ni usted es sacerdote ni le está escribiendo a su hija.

• Si va a enviar saludos, escriba la palabra completa. No se ahorra mucho escribiendo “Salu2” o “slds”. Es evidente la informalidad, igual que escribir.

• No es recomendable hacer uso del correo electrónico de la empresa donde labora para enviar e-mails de orden personal. Recuerde que sus horas en la oficina son para el trabajo.

• Toda comunicación que se recibe merece una respuesta. No hacerlo equivale a dar la espalda. Al igual que cuando se recibe una invitación y se llama para agradecer y confirmar la asistencia, aquí lo mínimo que se debe hacer es responder. No ignore las comunicaciones, por intrascendentes que puedan ser. Demuestre su cortesía.

El protocolo no está relacionado solamente con la monarquía, el ámbito diplomático, político o eclesial. La palabra protocolo habla del conjunto de formalidades que se deben realizar en una situación específica, que puede ser en un laboratorio clínico, en un quirófano, en una ceremonia de graduación, transacción de compraventa o las acciones que realizan los abogados, notarios y magistrados. (O)

mtnoboa@hotmail.com

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