Fiesta inolvidable

Por Mariquita Noboa
10 de Agosto de 2014

Primero fue “Arrurrú mi niña, arrurrú mi sol”.  Eran los días de estreno como madre y no había nada que se pudiera igualar. Era 1979, cuando en Ecuador todavía circulaba el sucre. Después vinieron “Los pollitos dicen…” pero estos dejaron de piar cuando se descubre que “Jugando a la Pájara Pinta…” y los brincos en la rayuela la vida va tomando otro giro.

De pronto, muy de pronto, la niña que tiene como modelo a su madre, ya quiere usar tacos y aplicarse un labial. El sueño de la fiesta rosada comienza a dar vueltas por esa cabecita llena de ilusiones.

Las posibilidades son múltiples y van a depender del estilo de vida, del carácter de la niña y, sobre todo, del presupuesto del “pobre Adán”.  Las opciones van desde la reunión estrictamente familiar, pasando por la celebración con sus quince mejores y más allegadas amigas, o una gran fiesta de gala o un viaje y celebración en el crucero o ir a tomar el chocolate después de la Misa de agradecimiento.

Cualquiera que sea la decisión, la quinceañera debe saber que por grande o pequeña que sea su celebración, debe agradecer a cada uno de los asistentes.  ¿Cómo?  Escribiendo a mano una notita, en las tarjetas que posiblemente haya recibido de regalo.  Si no las tiene, debe proveerse de un número igual al de sus invitados para corresponder a la deferencia que le hicieron.  Si tiene identificados los regalos, mucho mejor.  Agradezca por lo recibido.

Esto de las tarjetas de agradecimiento no es cuestión de moda, es la primera manifestación de buenos modales ahora que ya se entra en otra etapa del convivir social.  A partir de este tiempo las tarjetas de agradecimiento serán las mejores aliadas.
¿Y puedo hacerlo por internet?  Sí, sí puede; pero es mucho más elegante y formal acudir a las tarjetas.  En el mundo entero se las conoce como “Thank you cards”.  Una nota personalizada es “chic”.

Y ahora ¿qué me pongo?  Te recuerdo que no es lo mismo el traje para un show en la televisión que un elegante y formal vestido de fiesta; el ambiente festivo no siempre indica que debemos ir de traje largo.  Todo depende de la hora y del tipo de celebración.
Que no se te ocurra abrir una cuenta en un banco y decirle a tus invitados que depositen ahí “el regalo”, o que lo entreguen “en sobre cerrado la noche de la fiesta”.  Esto es improcedente y de poco buen gusto.

Disfruta de los hors d’oeuvre, que son los pequeños bocaditos que se estilan para estas celebraciones donde no se sirven platos fuertes. Y baila feliz todo el tiempo.  “Ding-dong, ding-dong, anda rondando el amor…”.

mtnoboa@hotmail.com

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