Abril, sorpresas mil

Por Mariquita Noboa
10 de Abril de 2016

Diana, guayaquileña, 12 años, apasionada por el tenis. Así puedo presentar a mi interlocutora que en medio de la brevedad que impone el encuentro fortuito en un parqueadero vehicular me dijo: “Face to face”: “Usted a veces escribe cosas bien bacán, pero otras veces es aburrida porque solo habla de las cosas que hay en las oficinas”. ¿Cómo lo sabes?, le pregunté. Casi sin respirar y con el natural ímpetu juvenil me respondió: “Mi mamá nos obliga a leerla y después nos pregunta a mis dos hermanos y a mí”.

Pocas veces me quedo sin respuesta, pero admito que esta fue una de ellas. “Hable de lo que debemos de hacer en la mesa”, me sentenció. Entonces, aquí va:

Cuidar los modales en la mesa, ciertamente es muy importante, marca la diferencia aquí y en cualquier lugar del mundo donde nos encontremos.

Esto no es moda ni tendencia, tampoco privilegio de nadie; a la hora de comer todos nos acercamos a la mesa y es aquí “donde las papas queman”. Pero aunque quemen, no se debe soplar ningún alimento, ni líquidos ni sólidos.

Te recuerdo que se deben mantener los codos fuera de la mesa, nos apoyamos en el antebrazo y cuando somos invitados debemos esperar a que comience a comer la persona que preside la mesa, que generalmente son los anfitriones.

Espera siempre que tu anfitriona te ubique en el lugar que ella ha dispuesto. Esto es una clara demostración de respeto.

Es distinto cuando compartimos la mesa entre los compañeros del colegio, donde todos somos iguales, pero hay cosas que no se deben hacer, como estirar la mano y tomar comida del plato de tu vecino, por muy panas que sean.

Hay costumbres que varían de un país a otro; por ejemplo, eructar después de comer es una modalidad aceptada en algunos países de Medio Oriente, no así en Occidente.

Si nos vamos “en choclón” a comer hamburguesas, tenemos que respetar los turnos, hay que hacer fila y tener a la mano el dinero que nos corresponde.

El disfrute de ese buen momento depende del tema de conversación elegido. No le des oportunidad a los chismes. “La persona chismosa es un terrorista; lanza una bomba, destruye y se marcha”, dice el papa Francisco.

Te invito a que demuestres lo mejor de ti, porque los buenos modales no son otra cosa que la expresión externa de nuestro ser interior. (O)

mtnoboa@hotmail.com

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