La carga emocional del sobrepeso

05 de Noviembre de 2017

¿Por qué hasta hoy parece aceptable reírse de los niños con peso superior a la media, si se trata de una condición de salud?

Piense en estas dos preguntas: ¿Cuándo aprendemos que está bien llamar gordo a alguien? ¿Cuándo aprenden los niños que llamar gordo a alguien es un abuso tácito y aceptable?

¿Puede pensar en otra condición de salud por la cual los niños sean tan fácilmente ridiculizados?

De alguna manera, tener sobrepeso deja una puerta abierta para la burla despiadada. Todo esto son cosas que usted ya sabe. Así como sabe que los problemas relacionados con el peso han sido muy resistentes a la intervención. Aún así, merece la pena seguirlo intentando.

Llamarlo por su nombre

Las definiciones formales para sobrepeso y obesidad son un buen lugar para comenzar. El Centro para el Control de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) define la obesidad infantil como un diagnóstico formal para cualquier niño con un Índice de Masa Corporal en el percentil 95 o superior. Eso significa que un niño cuyo IMC está en ese percentil de la población para ese grupo de edad es considerado obeso. Sobrepeso, en cambio, es definido clínicamente como un IMC en el percentil 85.

El CDC resume que:

-El número de niños obesos entre las edades de 2 y 19 ha permanecido muy estable en un 17% de la población en Estados Unidos, y afecta a alrededor de 12,7 millones de niños y adolescentes.

-La obesidad era más alta entre los hispanos (21,9%) y negros no hispanos (19,5%) que entre blancos no hispanos (14,7%).

-La obesidad era más baja en la juventud asiática (8,6%) que en los jóvenes de los tres grupos anteriores.

-La prevalencia de la obesidad era de 8,9% entre los niños de 2 a 5 años, comparada con el 17,5% de chicos de 6 a 11 años y 20,5% entre los 12 y 19 años. La obesidad infantil es también más común en ciertas poblaciones.

Esto es tomado directamente del sitio web del CDC y cubre los años 2011-2014. Podríamos seguir. Hay muchísima información como para cansar los ojos. Pero hagamos esto más personal.

La autoestima

Cierto, algunos de los niños con sobrepeso son populares entre sus compañeros, se sienten bien consigo mismos y tienen mucha autoconfianza. Pero en general, suelen tener menor autoestima, que se traduce en sentimientos de vergüenza por su cuerpo.

Usted no necesita que le describan detalladamente de lo difícil que puede ser el día a día de los niños con sobrepeso. Otros chicos e incluso adultos les dirán que están así por su propia culpa. Les pueden poner apodos. Sus amigos pueden evitarlos a medida que crecen. Podrían ser los últimos escogidos cuando se forman equipos de educación física.

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Con todo esto, el niño puede sentir que no encaja en ninguna parte, que es diferente. Se sentirá solo y durará de describirse como genial o popular. Y si este escenario se convierte en una constante en su vida —mes tras mes, año, tras año—, puede convertirse en un niño triste, clínicamente deprimido y encerrado en sí mismo.

Alimentación emocional

Algunos niños con sobrepeso pueden buscar consuelo, irónicamente, en la comida, añadiendo incluso más calorías a sus platos al mismo tiempo que los pedriatras y padres los urgen a comer menos. Añada a eso otros picos emocionales, como el estrés de cambiarse de casa, de escuela, exámenes, divorcio de los padres.

Hay otras repercusiones relacionadas con la obesidad que continúan durante la adolescencia y más allá. Los jovencitos y adultos con peso extra podrían enfrentar discriminación basada solamente en su peso. Algunas investigaciones (en EE. UU.) sugieren que tienen menos probabilidades de ser aceptados por una universidad prestigiosa. También pueden tener menos oportunidades de conseguir mejores trabajos que sus compañeros.

En suma, cuando los niños con sobrepeso se convierten en adultos en esa misma línea, tienden a ganar menos dinero y también a tener menos éxito con sus parejas que sus contemporáneos que tienen pesos promedio.

Los llamados a ayudar

La obesidad es compleja porque está culturalmente estigmatizada, tiene múltiples complicaciones médicas y es emocionalmente devastadora.

Por supuesto, el bullying va a suceder. Los niños serán atormentados por tener sobrepeso. Y por supuesto, no está bien. Pero podemos hacer algo más allá de solo detener al bully. Podemos ayudar a la persona que sufre el acoso. Ser pesado, después de todo, no es divertido, y eso sin contar a los abusadores.

La clase de gimnasia es triste cuando pesas más de lo saludable. Andar en bicicleta es terrible. Correr tras el expreso da terror.

Si su niño tiene sobrepeso busque ayuda para él o ella. Si es obeso, llévelo a un nutricionista. Este es un problema para el cual hay literalmente cientos de soluciones eficaces. No deje que estas soluciones pasen ignoradas.

Fuente: Psychology Today, Kids Health

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