Teme decepcionar a sus padres

06 de Septiembre de 2015

Mis padres siempre han tenido un buen concepto de mí. Tengo un hermano menor y siempre me ponen como el hijo ejemplar. No soy una mala persona, pero tampoco me creo perfecto. Mi angustia es porque tengo problemas en la universidad desde hace tiempo y nunca he hablado de este tema con mis padres, tengo temor de contarles porque se llevarían una desilusión.

Me siento tan deprimido que he pensado en irme de casa, porque me da tanta vergüenza haberlos defraudado. A veces, para calmarme, fumo marihuana y me olvido de todo por un momento. Me dan crisis de desesperación y rompo en llanto. Nunca le confío mis problemas a nadie, pero creo que ya no soporto más y por eso necesito ayuda.

N.N.,
Manta, Manabí

Considero que está en una posición complicada, ya que sus padres lo han ubicado en una posición de excepción, muy particular, bajo el ideal de “ser un hermano ejemplar”, discurso que, aparentemente, opera en usted como un imperativo inconsciente, es decir, una frase hacia la cual cree tener la obligación de llegar.

¿Por qué? ¿Quién dice que usted debe ser un hermano ejemplar? Pero, antes que nada, ¿qué es ser un hermano ejemplar? ¿Tener un excelente desenvolvimiento académico o esforzarse por llevar una vida íntegra que, como usted bien dice, y qué bueno que lo tenga claro, puede que no sea perfecta?

Una primera interrogante que podría hacerse es hasta dónde lo van a llevar esas palabras y ese lugar que sus padres le han otorgado, que han funcionado en usted como un mandato, ¡usted tiene que ser un hermano ejemplar! ¿Hasta cuándo va a creer que debe cargar con eso y confirmarlo en su vida?

Pensar o no en irse de la casa es una decisión seria y definitiva, pero que no debe ser tomada a la ligera, piénselo bien. Lo que puedo decirle es que los niños y los adolescentes, sobre todo los niños, por el momento en el cual se encuentran a nivel emocional, llevan a cabo su vida y acciones en el afán de hacer sentir contentos a sus padres, complacerlos, ganar su atención y cariño. Pero que eso perdure hasta la adultez en una persona que ya habría de tomar el rumbo de una carrera universitaria es preocupante.

No digo que a un adulto no le debe interesar en lo absoluto la opinión de sus padres, digo que trate de encontrarse con su deseo y ver qué es lo que usted realmente quiere.

Habla de un consumo de marihuana que, tal como usted lo indica, aparece como paliativo que le da la ilusión de una vía de escape a una situación que ha evitado enfrentar. Acudir a una psicoterapia le puede venir muy bien, trabajar en torno a estos conflictos y buscar el diálogo con sus padres, no desde la posición de hijo sino desde la de un adulto que debe tomar decisiones para el rumbo de su vida. (F)

Christian Arias Toscano,
Psicólogo clínico.
Telf.: 099-386-8695.
E-mail: psic.arias@hotmail.com

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