Su pasado lo atormenta

01 de Marzo de 2015

Tengo una hija de 28 años y es una gran profesional fruto de una relación ajena. Ella está casada y yo también. Hoy que estoy en mis 60 años me gustaría decirle la verdad: que es mi hija. Tengo una buena amistad con la nena (mi hija) y una respetuosa amistad con su mamá. Hace tiempo atrás consulté con su mamá de mi interés por contarle lo mencionado y me contestó que no hay ningún problema, ya que la relación de su pareja nunca fue buena. En algún momento consulté con un psicólogo del tema y me contestó que si en su niñez no se lo contamos, la verdad hoy es un poco tarde, pero no imposible.

Jorge,
Guayaquil

Un aforismo antiguo decía: “Más feliz es el que ignora, que el que sabe” y es probable que basado en este principio le hayan aconsejado que es mejor guardar silencio. Sin embargo: ¿Qué es lo que le motiva a usted a querer decirle la verdad? ¿Es acaso el bienestar emocional de su hija o es más bien su propia tranquilidad? Decir la verdad lo libraría a usted de un sentimiento de culpa, pero pondría en su hija una carga difícil de aceptar. Pero siempre es mejor decir la verdad y asumir las consecuencias que eso implica. Lo correcto es que sea usted, en armonía con la madre los que le digan la verdad a su hija, a que ella se entere de alguna otra manera, es que la verdad no puede permanecer oculta indefinidamente. Será para ella una noticia dolorosa, pero una vez que la acepte procurará sanar la herida que esta verdad le ocasione, eso llevará su tiempo. No espere que las cosas sigan igual o que ella lo acepte como papá inmediatamente, eso es un proceso que dependerá de otros factores como la madurez y espiritualidad de su hija. Sea paciente y muy prudente en la forma de comunicar una verdad que siempre será difícil, pero no imposible de aceptar. En mi experiencia, sanar este tipo de heridas toma tiempo. Le deseo éxitos. (F)

Lcdo. Jorge Tello Pérez,
Psicólogo clínico. Telf.: 230-2997.

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