Sin ganas de vivir

09 de Marzo de 2014

Mis verdaderos padres murieron cuando tenía 2 meses de nacido. Entonces mis abuelitos maternos me terminaron de criar. Mi niñez fue solo maltrato físico y psicológico por parte de mi abuelita. En la escuela siempre fui marginado y luego mis tíos me trajeron a la ciudad para terminar mis estudios secundarios. En el colegio nunca tuve amigos, peor novia. Incluso ahí también fui marginado y me pusieron varios sobrenombres. Ahora tengo 29 años y sigo igual. No soy bachiller, apenas trabajo y no tengo nada material. Vivo con tres tíos pastores evangélicos.

Con todos estos problemas reniego de Dios y le pregunto a cada momento para qué nací. En mi cuarto hay cuatro cuadros de salmos y de coraje les escupo. Mi primera relación sexual fue a los 16 años con una prostituta y desde ahí me hice recurrente a los cabarés o chongos. También lo hago sin preservativos de coraje e impotencia porque no sé qué hacer para que una mujer se fije en mí. Tampoco soy agraciado físicamente y me molesta cuando veo a una pareja que se besa, se abraza y yo estoy solo. Me dan ganas primero de llorar, de ser fumón, sicario, ladrón. Hace algunos meses de coraje quemé una Biblia y es la segunda vez que lo hago. Últimamente estoy cayendo en las drogas. Sé que necesito ayuda de Dios, pero digo para qué si Él no me ha dado nada. Pero a veces le pido perdón. Espero que me puedan ayudar con mis problemas.

Diego

Deseo comenzar con la última parte que dijo en su carta: “Sé que necesito de Dios”. Sí, efectivamente, el ser humano necesita de Dios todo el tiempo, en toda circunstancia, en temas de trabajo, familia, personal, entre otros. Pero ¿cómo me preparo emocionalmente para recibir ayuda del Creador si me peleo o me resiento con Él? Eso es lo que el ser humano hace constantemente: pelear con Dios,  echándole la culpa de todo lo que le pasa, excusándose y evitando su responsabilidad en las cosas.

Lo invito a que reflexionemos lo siguiente: todos los seres humanos somos responsables de todos nuestros actos, tenemos libre albedrío o libre voluntad para tomar las decisiones en la vida. El estar en esta Tierra, todos, sin excepción de nadie, vamos a experimentar momentos de sufrimiento. La actitud que tomemos frente a ellos hará que suframos menos o más… Todos  los sufrimientos de manera misteriosa nos podrían ayudar a crecer, madurar y ver la vida de una manera más humilde si aprendemos, atendemos y escuchamos  la sabiduría que hay en cada circunstancia.

Le sugiero primero  que tome una actitud de cambio y responsabilidad, sabiendo que todo lo que haga trae consecuencias. Usted decide cómo quiere vivir: o como víctima de las cosas o como promotor de cambios. Le presento los nuevos desafíos que cambiarán su vida.  ¿Cuándo termina el bachillerato? ¿Cuándo escuchará charlas gratuitas sobre cómo ser mejor, aumentar la autoestima, sanar las heridas del alma, entre otras? Llámeme y lo guiaré donde doy charlas gratuitas, y además le presentaré a un equipo de personas que querrán ayudarlo en su proceso de cambio, porque de lo que de gracias recibimos de Dios lo compartimos con los demás.

Éxitos en su proceso de cambio.

Dr. Samuel Merlano Medrano,
psicólogo clínico, terapia individual y de pareja. Telf.: 099-156-5919.

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