Se casó muy joven

11 de Enero de 2015

Me siento frustrada y con mil incógnitas en mi cabeza. Me casé cuando tenía 16 años, porque salí embarazada y mi padre utilizaba la frase “Nadie sale de la casa si no se casan”. En la actualidad tengo 23, pero siento que no soy feliz porque cuando éramos enamorados le descubrí muchas traiciones en el celular, la peor de todas cuando lo saqué de la casa de la otra. Sin embargo, él siempre se excusa de que solo éramos enamorados y que lo nuestro no era nada serio.

Ese resentimiento y rencor lo llevo por dentro sin perdonar. Hace un año él como que ha intentado cambiar ya que le dio una enfermedad que casi muere y yo hice lo posible porque lo intervinieran y salvaran la vida. Desde ese momento se volvió más cariñoso conmigo porque con el hijo es bastante desamorado. Quiero separarme y darme un tiempo, pero no sé cómo decírselo Lo aprecio, pero no lo amo. ¿Qué debo hacer?

N. N.,
Guayaquil

Lamentablemente tomamos malas decisiones en la vida por no consultar con personas idóneas. Dice que se casaron obligados porque venía un bebé en camino. Esta no es la razón para casarse, la única razón por la que una pareja debe ir al altar es por amor, porque es a través de este vínculo genuino que una pareja puede mantenerse firme a pesar de las adversidades que vengan. Menciona el dolor que siente a causa de los engaños que su esposo le ha dado, las heridas hablan por nosotros, y estas se evidencian mediante las palabras. La amargura y el resentimiento que está sintiendo hacia su esposo le tienen muy lastimada, ¡tiene que perdonar!

Perdonar a su cónyuge por el daño que le causó, y esto es una decisión, usted puede hacerlo con la ayuda de Dios y con el acompañamiento profesional, busque ayuda, la necesita, espiritual y emocional. No vuelva a cometer otro error al dejarse llevar por sus emociones, piense con la razón. Aproveche esta actitud que tiene su pareja para cambiar. Muchas veces tienen que pasar situaciones difíciles en nuestra vida para reflexionar y madurar, y es una enfermedad por la que está atravesando él, lo que lo hizo meditar.

Busque ayuda espiritual, refúgiese en Dios y acérquese a una comunidad cristiana para que le asesoren, así como también el acompañamiento profesional de una psicóloga o terapeuta de parejas. Y nunca olvide que todo lo que pasa en nuestra vida tiene una razón de ser, saque un aprendizaje de esta situación y camine con fe, creyendo que todo esto pasará y que vendrán días mejores para su familia y para usted. (F)

Toyi Espín de Jácome,
Psicóloga, orientadora y terapeuta familiar.
Telf.: 285-4994.

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