Relación con el jefe

24 de Diciembre de 2017

Con muchas deudas ingresé a trabajar en la empresa donde está mi esposo, la que es muy grande. Al principio tuvimos fuertes inconvenientes con mi jefe, peleábamos casi todos los días y un día hablé sinceramente con él y le expliqué que no necesitábamos faltarnos el respeto para que las cosas en el área funcionaran, sino que yo estaba para ayudarlo. Aunque sus antecedentes no eran buenos, por el testimonio de sus colaboradores, le dije que veía muy en el fondo su bondad, a pesar de todo. Desde esa conversación él empezó a actuar de modo distinto, cuando yo tenía la oportunidad le daba consejos de cómo tener mejor influencia en su personal. Descubrí sus virtudes como persona y creo que me terminé enamorando. Por la edad, tenemos mucho en común. No así con mi esposo, que es menor que yo. Hemos salido un par de ocasiones, nunca ha pasado nada sexual. Él tiene una familia, yo nunca desearía dañar ese hogar, pero cada vez que nos vemos todo desaparece. Siento que llegué a su vida para hacer algo bueno, pero estoy angustiada porque cada día que pasa, me siento más unida a él y él a mí.

He pensado en la renuncia, pero el trabajo nos ayuda a mi esposo y a mí a saldar deudas.

La ingeniera,
Guayaquil

Estimada lectora: Es verdad que los colaboradores en una empresa están para coadyuvar en el desarrollo y crecimiento de la misma. Y que muchas veces el exceso de trabajo, la adaptación a las diferentes personalidades de sus miembros, los problemas financieros, sumados al día a día del hogar de cada uno de ellos, hacen que se genere un gran estrés principalmente en las personas que ostentan los cargos superiores como directores, gerentes o jefes de las diferentes áreas, quienes son los encargados de velar porque todo funcione bien y la empresa sea exitosa. Si su caso fue encontrar a un jefe difícil y no tuvieron una empatía en el inicio, usted debió de tener la actitud de una colaboradora, presta a escuchar cuáles eran los requerimientos que le solicitaba su jefe, en relación con lo laboral, con la intención de sacar un beneficio de las críticas constructivas que él le hacía, y corregir las anomalías que él le señalaba con el objetivo de llegar a ser muy eficiente en el rol que estaba desempeñando. Sí, estuvo muy bien que por medio de una buena comunicación tratara de hacerle comprender sus puntos de vista, para la corrección de sus errores, tal es así que usted mismo lo dice “comenzó a actuar de modo distinto”, pero pienso que usted se extralimitó en sus funciones y llevó a otro nivel la relación.

Con respecto a las virtudes que debe de tener un buen jefe, son su preocupación por ayudar al personal en la realización de su crecimiento laboral, incentivos como cursos, bonificaciones, vacaciones, un buen trato y una excelente comunicación, etc., pero no debe de aprovechar el contacto con ellas, para otras cosas que no sea lo estrictamente laboral.

En las oficinas es frecuente este tipo de relaciones y le diré que con escasos buenos resultados. Y más aún siendo usted y él casados y con hijos, lo cual nos lleva a pensar en la penosa situación de sus respectivas parejas y familias. Recuerde que “nadie puede ser feliz sobre la desgracia de los demás”. Por lo tanto, le sugiero que se decida por continuar con su hogar, reactive su vida de pareja, busque en su esposo las cualidades que inicialmente vio en él. Salgan y diviértanse, retomen las actividades quizás olvidadas. Con respecto a su lugar de trabajo, pida un cambio de área y si no puede controlar sus emociones, busque una nueva empresa, donde se pueda desarrollar profesionalmente. Le deseo una buena elección y con ella mucha suerte.

Dra. Linda Coronel de Arias,
Psicóloga clínica. Teléfonos: 212-5681, 099-340-7550.

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