Rebeldía incontrolable

04 de Agosto de 2013

Tengo un único hijo de 2 años y medio, es extremadamente rebelde y con una terquedad inquebrantable. Cuando adquiere esta actitud, que por lo menos es una vez al día, no hay nada ni nadie que lo haga cambiar de parecer. Ya hemos probado con ignorarlo cuando arma berrinches, reprenderlo de todas las maneras, castigarlo, pero nada funciona. Cabe mencionar que desde que nació tuvo esa actitud de rebeldía, lloraba por todo y lo sigue haciendo, a tal punto que se queda sin voz porque no para de llorar. Considero que su actitud tiene mucho que ver con el accionar principalmente de mi esposo y mía. Peleamos mucho, incluso cuando estaba embarazada armábamos tremendos pleitos que yo terminaba muy deprimida o con muchas iras. Por otra parte, es muy consentido por mis demás familiares, todo esto creo que ha causado su mal comportamiento. A veces pierdo la paciencia y no sé cómo actuar con él. Necesitamos ayuda, pues queremos ser buenos padres con nuestro hijo y que él sea un hombre de bien el día de mañana.

Helen, Quevedo

Efectivamente, como usted manifiesta, necesitan orientación familiar, ya que por lo que usted menciona los problemas no son solo con su hijo, sino también entre ustedes como pareja. En primer lugar, su hijo es muy pequeño y aun cuando dice que desde que nació manifestó ciertas actitudes en su temperamento, sin embargo, es importante que tenga presente que él es muy pequeño, por lo tanto se está formando y mucho de lo que suceda a su alrededor y la forma de relacionarse con usted y su esposo contribuirá a lo largo de los años a la formación de su carácter. También la edad en la que él se encuentra es muy difícil, está en una etapa de cambios y adaptaciones con su entorno, en conquista de su autonomía; algunos expertos los denominan “pequeños tiranos” porque, efectivamente, tienen características como las que usted menciona: caprichos, rebeldías, imposición, lucha de poder con los padres; por lo tanto, son propias de su edad. Lo primero que usted debe hacer es hablar con su esposo y reflexionar sobre la manera como ustedes se relacionan y comunican, para que su hijo los vea como modelos a seguir, pues el mensaje que le dan es que la manera de comunicarse es con gritos y peleas, por lo tanto está repitiendo lo que observa en ustedes, sumado a esto toda la ansiedad, temor e inseguridad que puede experimentar al ver a sus padres en actitudes hostiles sin entender lo que sucede. Luego de reflexionar y buscar ayuda para ustedes como pareja, su hijo necesita reglas, pocas pero claras de acuerdo con su edad. Usted no menciona las causas de los berrinches de su hijo, ni las circunstancias de estos, pero debe poder identificarlos, pues esto le va a permitir intervenir en ellos de forma precisa. Hable de manera sencilla con él cuando esté calmado sobre sus rabietas, explíquele que esa no es la forma de comunicarse o expresar lo que lo molesta, que usted no va a permitir que actúe así, pues si lo vuelve a hacer, usted no lo tomará en cuenta hasta que se calme, por lo tanto sea firme con el niño y no ceda a sus caprichos, recuerde que usted no puede perder el control ni su rol de autoridad. En cuanto a su familia, una vez que usted tenga claras las cosas en torno a su hijo, deberá hablar con ellos para pedirles que la apoyen en su formación y compartan y promuevan las mismas reglas que tiene para su hijo. Además, Helen, la responsabilidad no es solo suya, sino también de su esposo, por lo que es importante que él se involucre y juntos tomen conciencia de que necesitan parar y reflexionar para no continuar haciéndose daño ustedes y a su hijo, lo mejor sería que busquen ayuda profesional para seguir este proceso de formación de la vida del niño y restauración de su relación de pareja.

M.Sc. Mónica Llanos de Mora, psicóloga clínica-orientadora familiar. Telf. 099-183-9592.

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