Pancreatitis aguda

23 de Marzo de 2014

Hace un mes le diagnosticaron a mi hija de 18 años pancreatitis aguda. No sé cómo tratarla. Me siento también molesta y culpable porque no fue diagnosticada cuando tenía los primeros síntomas hace unos seis u ocho meses.

Me dijo sentirse mal, pues con frecuencia le dolía el estómago, ella se automedicaba y pasaban los síntomas. Quiero saber qué causa la pancreatitis, si se cura y qué debe comer específicamente. Mi hija me pregunta que cuándo estará curada y no sé qué contestar. Ella siempre ha sido muy activa, trabajadora y estudiosa. Le dio de baja a la matrícula de la universidad porque dice que es mejor, porque así estará más recuperada, pero sé que también está afectada su autoestima.

Ella está muy delgada, además estuvo viendo en internet y hay resultados muy duros y traumáticos. Mi hija necesita ayuda psicológica, yo me pongo aprensiva a cada rato. La toco, la abrazo y quisiera gritar y llorar, pero no lo hago frente a ella para no preocuparla más.

Jéssica,
Quevedo

La pancreatitis aguda, como su nombre lo indica, es una inflamación de la glándula pancreática que tiene diversos orígenes, como presencia de cálculos en la vesícula que pueden emigrar hacia el conducto pancreático y obstruirlo, el consumo de medicinas, especialmente los antiinflamatorios, el abuso de alcohol, la ingesta de alimentos con gran cantidad de grasas y una entidad llamada páncreas divisum (defecto congénito en el cual los conductos no se unen cuando el bebé se está desarrollando en el útero). El diagnóstico de pancreatitis aguda se basa en la sintomatología como es el dolor de gran intensidad en la zona del epigastrio (boca del estómago), se solicitan exámenes de laboratorio como amilasa y lipasa con ayuda de imágenes como ecosonografía, TAC abdominal o resonancia magnética nuclear. En el caso de existir cálculos en el conducto biliar se utiliza la colangiopancreatografía endoscópica retrógrada: CPRE, para extraer los cálculos en el conducto biliar principal. El tratamiento es dejar en reposo al páncreas, con la colocación de una sonda nasogástrica, luego de que se normalicen los niveles de amilasa y lipasa se reinicia la alimentación con dieta libre de grasas. La alimentación se complementa de nutrición con fórmulas proteicas. El paciente por lo general por esta enfermedad pierde mucho peso, pero gradualmente va a ir recuperándose y por supuesto es necesario tratar la causa que originó la inflamación del páncreas. El soporte psicológico ayuda mucho al paciente.

Dr. Jimmy Sigüencia Chalén,
Clínico gastroenterólogo.
Telfs.: 288-7986, 098-673-4104, 099-616-002.

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