Nube en el ojo

27 de Agosto de 2017

Tengo 49 años y hace unos tres años me diagnosticaron uveítis y vitreítis en el ojo derecho. Los síntomas son baja visibilidad (como si tuviese una nube permanente en ese ojo) y un punto negro (como un pequeño mosquito que vuela). Me han hecho exámenes para detectar herpes, toxoplasmosis, tuberculosis y algunas enfermedades más, pero todo negativo. El oftalmólogo me dijo que tengo también una catarata, pero que aún no es de operación ni es lo que ocasiona mi problema. En este tiempo el tratamiento se ha basado en colirios, sin resultado, así que he suspendido mis visitas al oftalmólogo y he llegado a pensar que no hay remedio. ¿Puedo hacer algo para mejorar esta situación, o simplemente debo resignarme? Desde los 18 años me detectaron miopía y astigmatismo, pero mi vida fue normal con el uso de anteojos.

Leopoldo,
Guayaquil

Estimado Leopoldo, las uveítis comprenden un grupo de enfermedades que se caracterizan por inflamación interna de uno o ambos ojos, de evolución aguda o crónica, pudiendo afectar diversas estructuras oculares y comprometer la visión en forma leve o severa debido a varios mecanismos. No existe relación alguna con defectos refractivos preexistentes como la miopía o el astigmatismo. Algunos casos se diagnostican en forma clínica, otros por laboratorio o métodos invasivos, y existen aquellos en los que no se detecta ninguna causa específica. El tratamiento dependerá del origen de la inflamación y de los síntomas del paciente, pudiendo ser necesaria la medicación local (colirios o inyecciones oculares), sistémica (oral o intravenosa), o incluso una cirugía.

Los hallazgos y síntomas que usted menciona muy probablemente están relacionados a un proceso inflamatorio del segmento posterior de su ojo derecho. En casos unilaterales y en esa localización, la causa más común en nuestro medio es la infección por el parásito toxoplasma gondii, aun cuando no se pueda demostrar cambios serológicos significativos en el examen de sangre que corroboren una infección reciente.

Por el lapso transcurrido, es probable también que dicha inflamación se encuentre inactiva y, sin embargo, haya dejado en usted secuelas con compromiso visual. Las secuelas más comunes en casos como el descrito serían opacidades vítreas móviles (secuela de la vitreítis), manchas fijas en el campo visual (por coroiditis, cicatrices o necrosis en la retina o por compromiso del nervio óptico), baja visión por atrofia, edema o membranas en la mácula, presencia de catarata significativa, o aumento de la presión intraocular, entre las principales.

Lejos de resignarse a su actual situación, hay que recordar que algunas de las secuelas antes mencionadas pueden ser objeto de tratamiento para mejorar o estabilizar la agudeza y campo visual del ojo afectado, respectivamente.

La única forma de determinar con certeza su actual condición, pronóstico visual y un posible tratamiento es realizar un nuevo examen oftalmológico completo, junto con pruebas auxiliares complementarias.

Dr. Luis Sarrazín M.,
Cirujano oftalmólogo retina y vítreo, Clínica Internacional de la Visión de Ecuador.
Telfs.: 372-9340, 1800-202-020, 098-119-2024.

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