Niño se orina la cama

06 de Abril de 2014

Tengo un niño de 10 años de edad que en tres semanas cumplirá 11. El problema es que se orina en la cama desde muy pequeño. Hemos consultado al pediatra y nos ha recomendado que durante quince noches seguidas lo levantemos cada dos horas a orinar, lo cual no nos dio resultado. Solo una o tal vez dos veces a la semana no se orina en la cama. Debo indicar también que muy de vez en cuando he cometido la imprudencia de discutir con mi esposa frente a mi niño.

Algo para agregar es que desde hace siete años trabajo lejos de mi familia, en el mes apenas paso ocho días con ellos.

Marcos,
Portoviejo

Mojar la cama es un problema bastante común en niños, por eso es motivo frecuente de consulta. Para la mayoría de niños, levantarse secos entre 3 y 5 años no fue difícil. Para otros, el 7%, se convierte en una pesadilla diaria difícil de superar solos.

La causa en la mayoría de los casos es inespecífica. Algunos lo tienen por causas fisiológicas como tener una vejiga funcionalmente pequeña, una vejiga neurogénica o espina bífida oculta, o infecciones urinarias silenciosas. Otros nacen con la predisposición por haberla heredado. El 75% de chicos con enuresis tiene algún pariente en primer grado de consanguinidad que tuvo el mismo problema. Con frecuencia llegan a controlar a la misma edad que aquel.

Muchas veces se dice que la enuresis es causada por problemas emocionales o conductuales, pero los resultados de varios estudios han señalado que muchos chicos con enuresis no tienen problemas emocionales significativos, y al revés, la mayoría de chicos con problemas emocionales no tienen enuresis.

En algunos casos es un problema de aprendizaje causado por deficiencias en el entrenamiento por prácticas inadecuadas o poco perseverantes. En la mayoría de los casos hay una mezcla de causas. No hay un tratamiento 100% efectivo para la enuresis a pesar de los años de investigación. Para ayudar, el primer paso es lograr que los padres y el chico comprendan que no es su culpa y por ello no debería ser castigado. El segundo paso es llevar un registro detallado del horario en el que usualmente se moja, controlar el consumo de líquidos a partir de las seis de la tarde y cuidar la temperatura del cuarto. En algunos casos se puede intentar apoyo de medicación, prácticas de levantarse o usar alarma de orina. El proceso requiere de una actitud positiva, motivación y voluntad tanto de los padres como del chico.

A veces se puede intentar ayudar realizando entrenamientos diurnos para aumentar la conciencia de vejiga llena, incrementar el tiempo entre una micción y otra y fortalecer el esfínter. Los tratamientos psicológicos ayudan cuando hay una desconexión nocturna tan profunda que hace que el chico no perciba las señales de su vejiga llena. Les recomiendo ir descartando todas las causas y probando alternativas sin desesperarse.

Dra. Évelyn Brachetti,
Psicóloga clínica. Telf.: (04) 288-7117.

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