Niño rechaza el jardín
Mi hijo único tiene 4 años 3 meses, es mi adoración. Está en inicial 2. En las dos primeras semanas iba y retornaba contento de la escuela. Pero ya no quiere ir. Me pone mal verlo llorar cada mañana. Le preguntamos por qué no quiere ir, y nos dijo que un niño lo molesta, fuimos a preguntar a la profesora y ella dice que nadie lo molesta, y que mi hijo tiene engreimiento, que no quiere realizar solo las tareas, sino que ella esté junto a él. Nos sorprende, porque en casa hace las tareas sin ningún problema.
Juego con él, le leo cuentos desde que estaba en la barriga y cada noche me pide que le cuente una historia. En esa parte sí lo he consentido. Quizás por eso a veces no quiere hacer caso. Busqué en internet información, vi varios programas de la serie Superniñera, tratando de ver en qué estamos fallando.
No sé si a él le da vergüenza decirle a la profesora que quiere hacer pipí, porque en ocasiones se hace en los pantalones, justo cuando mi esposa lo va a ver a la salida. Le hemos dicho que avise a la profesora, él dice que no le hace caso. La profesora lo niega.
Me siento mal cuando mi esposa castiga a nuestro pequeño, pienso que él va a creer que la escuela es la culpable. El otro día se le pasó la mano a ella, le dio con el cable del televisor y lo dejó marcado, eso me dolió más a mí que a él. A ella no le gusta castigarlo, pero lo hace porque se siente impotente al igual que yo. Dice que pasa vergüenza en la escuela cuando se pone a llorar. No queremos que esta situación continúe.
Francisco,
Guayaquil
Francisco, la solución no es castigar al niño, peor aún cuando están lastimándolo y anteponiendo el quedar bien ustedes antes que el bienestar de él. Las conductas de los niños no surgen sin haber una razón que las origina, definitivamente algo lo está afectando.
A pesar de que no me indica si es el primer año que el niño se aleja de casa, si su comportamiento ha sido similar cuando va a otros lugares o con familiares, es importante tener presente que todo cambio despierta en los niños ansiedad, especialmente el alejarse de casa y de sus padres, por ello esta separación debió ser preparada, gradual: primero hablarle de la escuela, todo lo que haría allá, de sus compañeros y maestras; llevarlo a conocer el lugar previo a clases para que se familiarice con el lugar y sus instalaciones, suele haber una semana de adaptación con media jornada, hasta que el niño se acople.
Si este proceso no se dio, es muy importante tenerlo presente por si cambian de institución, que en realidad sería lo más favorable, dado que no ha avanzado mucho tiempo escolar y el niño aún es pequeño. Es fundamental que ustedes como padres confíen en su hijo, que le crean, ya que si él siente que lo obligan a hacer algo que le afecta y no le están creyendo, dejará de confiar en ustedes y esto puede afectar significativamente sus emociones, sobre todo verse forzado a enfrentar una situación para la cual él no está emocionalmente preparado.
Hablen bien con el niño, que él les detalle su día en la escuela, acompáñenlo uno de ustedes un día, déjenlo por periodos cortos, conozcan a sus compañeros, que el niño les diga ¿quién en particular lo molesta? y ¿cómo lo molesta?, que se los señale, podría ser un niño de otro salón de clases. Luego conversen con la psicóloga del centro educativo. Finalmente, si no tienen apoyo en la institución sería mejor que busquen otro centro educativo, pero por ningún motivo obliguen al niño a seguir asistiendo si no han logrado descubrir qué es aquello que le está afectando. (F)
Mónica Llanos Encalada,
Psicóloga clínica, orientadora familiar.
Telf.: 099-183-9592.