Niña con sueño agitado

13 de Mayo de 2018

Tengo una hija de 5 años con problemas al dormir, se levanta asustada gritando y nos desconoce. Luego vuelve a dormirse. Al preguntarle si tuvo pesadillas, no recuerda nada. Es frecuente el problema, en cualquier momento entre 23:00 y 00:00.

Ivonne,
Guayaquil

A mi consulta llegan muchos padres exhaustos por los problemas del dormir con sus hijos y ciertamente pocas cosas pueden alterar la salud de una familia como la falta de sueño de un niño. El sueño es preponderante para el crecimiento, desarrollo y buena salud. Estos trastornos, en general, pueden ser indicadores de muchos problemas, tanto psicológicos como fisiológicos.

Sobre temas de sueño, puede encontrar mucha literatura explicativa de los ciclos y estadios que implican el dormir. Solo por conocimiento general, un sueño normal se caracteriza por ciclos recurrentes sin movimientos rápidos del globo ocular (NERM), seguido por sueño con movimientos rápidos del globo ocular (REM), y cada ciclo dura alrededor de un promedio de 70 a 90 minutos en un adulto; 90 en un niño. Cuando se habla de estadios en el sueño, se refiere a 3 momentos:

1. Un estadio liviano, de transición, asociado con quedarse dormido, los ojos se mueven lentamente debajo de los párpados, los patrones de pensamiento están asociados a actividades del día, por eso si se despierta a la persona, puede indicar que estaban ocurriendo a su alrededor.

2. La frecuencia cardiaca baja, así también la respiración, y si se despierta a la persona, recuerda poco o nada.

3. El más profundo. La frecuencia cardiaca y respiración son más lentas y se registran las frecuencias más altas de sudor. Es difícil obtener un recuerdo en este estadio profundo.

Los niños jóvenes pasan más tiempo en un sueño de onda lenta (estadio 3). Los niños de 2 a 5 años suelen pasar hasta 2 horas en este sueño de onda lenta, lo cual es significativo, debido a que la mayor parte de la hormona de crecimiento es liberada durante las fases de sueño de onda lenta.

La función onírica (el soñar) ocurre tanto en la fase REM como en la NREM. Según Golbin, un experto e investigador del sueño, los niños entre 3 y 5 años tienen al dormir imágenes negativas fácilmente identificables, las cuales suelen ser singulares. Hacia los 5 años, sus sueños son más complejos y pueden reflejar simbólicamente situaciones reales, como conflictos familiares. Los niños se vuelven participantes activos de sus sueños, tratando de alejarse, escapar o defenderse.

Parte de lo que se denomina la higiene del sueño (conjunto de conductas que influyen en la capacidad de una persona para iniciar y mantener el sueño) depende de las rutinas que se establezcan antes de dormir: maximizar la comodidad y evitar hábitos contraproducentes.

Con niños de la edad de su hija, los papás deben estar muy cercanos a supervisar qué ven en televisión, videos, películas. Además, el tiempo que pasan expuestos durante el día a diferentes dispositivos audiovisuales. Es importante que a los niños se les haga una rutina para dormir: minimizar la actividad física después de cenar y tomar un baño (o higiene antes de acostarse), preferiblemente en su cuarto (si dispone de él), contar un cuento o rezar (si forma parte de las creencias espirituales de la familia), no televisión ni ningún tipo de dispositivo por lo menos una hora antes de acostarse y mucho menos que sirva para arrullarlos y que se queden dormidos.

Si el niño manifiesta miedos y temores, estar atentos a qué o cuáles: hay temores evolutivos, como los que se mencionaron antes; en los cuales entran todas las imágenes y fantasías de las cosas que un niño ve o experimenta. Y otros causados por situaciones del entorno, en los cuales el niño es un participante pasivo: conflictos familiares, rivalidades entre hermanos, relaciones con compañeros de escuela, abuso de algún miembro cercano.

La ansiedad del inicio del sueño es común en los niños después de un día con hechos estresantes o traumas o es el resultado de dificultades para establecer rutinas saludables para ir a la cama.

Si los padres tienen establecida una buena rutina y la nena no está expuesta a factores del medio que afecten su estabilidad emocional, entonces sería importante que la familia consulte primero con el pediatra. Es importante que los padres observen si hay otras áreas de la vida de la nena que están afectadas, por ejemplo, la alimentación. Preguntar en el colegio cómo la observan las maestras, las relaciones con los amigos. En casa: si muestra miedos y temores, si hubo algún retroceso en su independencia o alguna regresión en el control de esfínteres.

El pediatra inicialmente podrá dar alguna sugerencia. Si observa que pueden darse dificultades en la dinámica familiar, seguramente recomendará orientación psicológica para la nena y su familia. Espero haber podido ayudarla.

Alsacia Maridueña de Reyes,
psicóloga y orientadora preescolar.

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