Manchas y pecas

27 de Abril de 2014

Soy un hombre de 69 años jubilado. Mi problema es que tengo en mis brazos, desde el codo hasta las manos, un severo debilitamiento de la piel, además unas manchas a maneras de pecas debido a mi trabajo de campo por más de 30 años y de nunca haberme protegido del sol. Acudí a un especialista quien me recetó una crema antisolar para que me aplique 3 veces al día. Quiero saber si fue acertado el diagnóstico, puesto que me había dicho que ya no tenía cura y que solo con la crema podría aplacar futuros inconvenientes. Él llegó a esta conclusión sin auscultar más detalladamente mi caso. También necesito saber si requiero exámenes adicionales para un diagnóstico más acertado.

José,
Naranjito, Guayas

La exposición crónica o excesiva a la luz solar, específicamente a la radiación ultravioleta (RUV) produce en la piel un desgaste más acelerado de su funcionamiento y su capacidad de reserva que no va acorde al envejecimiento cronológico o edad de la persona. Esto se conoce como fotoenvejecimiento cutáneo y las pieles claras son las más afectadas. La RUV crónica aumenta la producción de radicales libres y disminuye la formación de antioxidantes, degenera el ADN celular, altera la función y estructura de los queratinocitos (células más superficiales de la piel), deteriora la producción de elastina y de colágeno normal, y es inductora del cáncer de piel. El examen clínico permite valorar este daño al observar una mayor formación de arrugas, una piel gruesa y reticulada que se conoce como elastosis solar, una alteración del componente vascular que se vuelve rígido y atrófico y que da lugar a hematomas a la menor presión o roce. La piel se ve seca, descamativa, laxa (al hacer un pliegue no vuelve a su lugar) y se observan alteraciones pigmentarias como efelides o pecas, lentigos solares (manchas oscuras de mayor tamaño), queratosis actínicas (lesiones de aspecto verrucoso), y manchas blancas o acrómicas de 2 a 6 mm de diámetro como promedio. El tratamiento va encaminado a detener en lo posible el daño cutáneo y a disminuir las alteraciones que presenta la piel. El primer paso es el uso adecuado y continuo de un protector solar en las áreas expuestas. Existen algunos productos dermocosméticos que utilizados con constancia y de acuerdo a la valoración del especialista pueden atenuar los daños antes mencionados y que contienen sustancias como retinol, alfahidroxiácidos, ácido hialurónico, fotoliasa, vitaminas C, E, coenzima Q, entre otras. Además hoy en día contamos con procedimientos de gran ayuda como la crioterapia, la Luz Intensa Pulsada (IPL) y sobre todo el láser, que pueden lograr cambios muy positivos.

Dra. Bertha Naula Merchán,
Dermatóloga. Telfs.: 228-3966, 600-3342.

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