Madre e hija distanciadas

29 de Abril de 2018

Mi hija está casada, tiene 39 años y dos hijas de 19 y 18 años, pero publica en sus redes sociales que tiene una relación con otro hombre que no es su esposo. He visto fotos. Me tiene bloqueada, pero amigos y personas cercanas me han mostrado que pone mensajes en los que nos insulta a mí y al esposo.

Traté de hablar con ella y me dijo que el padre le ha dicho que me pregunte quién es su papá, porque no es él. Les dije que se hagan la prueba de ADN, que no tengo ningún inconveniente. Me he puesto a pensar si mi hija tiene problemas de salud mental. Ella jamás ha sido así, pero hace tres años ha cambiado completamente y desde entonces no veo a mis nietas. Pido su ayuda para ellas y para mí.

Mechita,
Guayaquil

Estimada lectora: las relaciones entre madre e hija están diseñadas para ser excelentes, positivas y estar revestidas de amor, cordialidad, comprensión e intimidad, y en muchas ocasiones de confidencialidad y de la necesidad de que la madre reconozca, apruebe o desapruebe ciertas decisiones, aunque esto suponga una pérdida de independencia y libertad.

En las relaciones de madre e hija debe existir respeto. Una madre no debe pretender ser la amiga de su hija, sino mantenerse siempre en su rol de madre, como la persona que le dio la vida, los cuidados y le transmite sus experiencias.

A pesar de esto, con el pasar de los años estas relaciones se pueden volver patológicas, debido a circunstancias como:

1. La brecha generacional. Los tiempos cambian entre las edades de las madres y sus hijas y a veces no hay la aceptación por parte de la una ni la comprensión por parte de la otra.

2. Los patrones de conductas heredados por los abuelos, lo que hace que se trate de imponer conductas a base de principios y valores que hoy, según los jóvenes, están pasados de moda.

3. La jerarquía. Al principio, las hijas valoran y ven a su madre como una persona poderosa, pero al crecer y convertirse en mujeres, se dan cuenta de los conflictos que se han dado en la vida de su madre y cómo los ha resuelto, esto hace que la vean con menos poder y menos autonomía, lo cual aprovecha la hija para rebelarse y reafirmar así su valor.

En su caso, me doy cuenta de que hay muchos resentimientos de su hija hacia usted, quizás por algún conflicto anterior ella se siente herida y trata de lastimarla al mencionarle el asunto de la dudosa paternidad. Sería mejor que se reúnan y conversen, permitiéndose expresar sus sentimientos, dudas y todo aquello que ella guarda en su corazón. Inicie usted un acercamiento con el que todas saldrán beneficiadas.

La comunicación es el ingrediente estrella en todas las relaciones, por ello trate de decir las cosas claramente, emita su opinión y cuide de no lastimar a nadie. Aproveche la primera oportunidad que se le presente para limar cualquier aspereza, con la seguridad de que no habrá ni vencidos ni vencedores.

Los desacuerdos en las familias se dan por uno u otro motivo y lo más inteligente es tratar de solucionarlo por la vía pacífica, lo que solo pondrá de relieve el gran amor y cariño que siempre se han tenido.

No sea perfeccionista y más bien trate de analizar el porqué de esa conducta. Recuerde que no somos infalibles y que cada persona es un mundo diferente. Pasen tiempo juntas, satisfaga sus inquietudes y más aún si sus dudas son sobre su verdadero padre. Evite ser controladora, dominante, narcisista; no le imponga su visión de la vida. Si usted toma en consideración estos consejos, posiblemente consiga la superación de sus angustias.

Dra. Linda Coronel de Arias,
psicóloga clínica, especialista en conflictos de parejas.
Telfs.: 099-340-7550, 212-5681.

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