¿Infidelidad o enfermedad?

20 de Noviembre de 2016

No tengo relaciones íntimas con mi esposo hace aproximadamente un año. Noto que no tiene erección. Él es hipertenso, fuma, bebe ocasionalmente, pero cuando lo hace, se excede; come grasas y azúcares y tiene sobrepeso. Cuando le pregunto por qué, me responde que es por salud, pero no me dice nada más. Tiene un trabajo supercansado y le toca manejar largas distancias. La verdad, no sé si se deba a una infidelidad o salud. Él tiene 50 y yo, 44. Le he dicho que se chequee, pero no lo hace.

María de Lourdes,
Guayaquil

Respuesta 1: Estimada María de Lourdes, es importante conocer el tipo de tratamiento que tiene su esposo referente a la presión arterial; además, saber si es o no diabético debido a su sobrepeso. Así se podría conocer a qué se debe su trastorno.

Sugiero realizar un chequeo general con su médico de confianza, en el que se incluyan exámenes de laboratorio para determinar un diagnóstico y un tratamiento adecuado. Espero haberla ayudado.

Dr. Alfredo Enrique Luna Cedeño,
Cardiólogo, Centrales Médicas Veris.
Telf.: 600-9600

Respuesta 2: El problema que está sucediendo en la intimidad con su esposo es preocupante. Aunque anteriormente se pensaba que solo los ancianos padecían de esta condición, sin embargo, actualmente se ven muchos casos de hombres aún jóvenes que sufren de disfunción eréctil, lo cual se da muchas veces por conflictos en la pareja, preocupaciones excesivas de tipo familiar, laboral o sobre el rendimiento sexual.

Según las estadísticas la disfunción psicológica se da en un 20% de los casos, el resto están relacionados con alguna dolencia orgánica. En disfunción psicológica, el mecanismo de la rigidez en el pene es normal, pero presenta dificultades para mantener la erección debido a la ansiedad y el miedo.

En el caso de su esposo, que padece de hipertensión arterial, le trae como resultado que llegue al pene poca irrigación sanguínea, lo que afecta no solo la erección, sino también la eyaculación, así como en el deseo sexual.

Expertos explican que el consumo elevado de sustancias, como el alcohol y el tabaco son altamente perjudiciales a largo plazo, aunque al inicio no se notan las consecuencias. El alcohol produce un estado de euforia que llena de autoconfianza al individuo, sin embargo, altas dosis producen depresión e inconsciencia, impidiendo el deseo sexual.

El exceso de azúcar (glucosa o fructosa) se convierte en grasa y esta desactiva el deseo sexual. Los extremos son perjudiciales: bajos carbohidratos, en cambio, no proporcionan los suficientes nutrientes para mantener el deseo sexual por falta de calorías.

Como puede ver, son varios los factores por los cuales su esposo puede presentar disfunción eréctil, sin que sea preciso que se trate de una infidelidad, por lo que sugiero hacer todo lo posible para convencerlo de visitar al médico, llevar una vida sana, sin excesos. Más que todo, tengan una excelente comunicación entre ustedes para que les proporcione una buena relación.

Dra. Linda Coronel de Arias.
Psicóloga clínica, especialista en conflictos de pareja.
Telfs.: 212-5681, 099-340-7550.
dralindacoronel@hotmail.com

Respuesta 3: Comprendo su preocupación al no tener intimidad con su esposo. Dialogue con él: una comunicación clara, en un momento adecuado y en un sitio donde no haya interrupciones, llevan a que la conversación sea resolutiva de los problemas presentados, buscando las raíces y encontrando el verdadero problema que se oculta.

La impotencia tiene diversos grados, desde la impotencia total, con incapacidad de llevar a cabo la erección, hasta la impotencia parcial que permite la erección, la penetración, pero no el orgasmo. La eyaculación prematura también es una forma de impotencia.

Existen enfermedades orgánicas que también pueden ser causa de impotencia, pero la medicina ayudará en estos casos.

Cada una de estas formas requiere una terapéutica distinta y sería conveniente que vayan a un sexólogo para recibir el tratamiento adecuado.

Sin embargo, las emociones negativas pueden también causan impotencia, que desaparece cuando la emoción que lo provoca desaparece o disminuye. Se debería analizar si existen complejos que hacen que la persona se repliegue sobre sí misma, y la psicoterapia puede ayudar a liberar los complejos reprimidos, que disminuyen la energía sexual.

Las neurosis también pueden provocar impotencia porque la armonía de una pareja depende mucho de lo que se guarda en el inconsciente; si uno de ellos tiene fijaciones o regresiones en su desarrollo infantil de la afectividad, su capacidad de goce sexual puede ser reprimido.

Cuando su esposo le dice que no tiene relaciones íntimas con usted por salud, háblele y explíquele con franqueza y ternura para que él se sienta bien en todo sentido.

Deberían ir a un sexólogo, que les ayudará, dará un diagnóstico y tratamiento. La terapia psicológica colaborará al descubrir emociones negativas, neurosis ocultas o complejos no dichos.

En conclusión, busque ayuda con un sexólogo y un psicólogo, muchas parejas lo han hecho, no piensen que son los únicos. ¡Adelante, sí se puede! (F)

Susana T. de Rumbea,
Psicóloga clínica.
Telfs.: 288-1875, 098-893-9539.

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