Hija preocupada

08 de Mayo de 2016

Quiero ayudar a mi mamá. Hace un año 9 meses falleció mi papá, y ella, de 47 años, quedó con dos hijas menores de edad. Ahora discutimos porque ella se ha enamorado de un hombre al que conoció en la iglesia. No acepta opiniones de nosotros, dice que no nos metamos en su vida, pero no aclara si tiene o no una relación con ese señor, que es casado y tiene 3 hijos, sin casa ni trabajo, solo tiene una moto. En cambio, mi mamá heredó casa y carro, pensiones para ella y las niñas.

No puedo hablar con ella porque no me controlo, soy grosera, no puedo aceptar que vaya a reemplazar a mi papá con quien tuvo 30 años de relación, no puedo imaginar que antes de los 3 años ya quiera tener novio. Le hemos pedido tiempo, que a los 3 años se relacione con alguien, pero no con ese señor casado. Le dije que me preocupo porque ese señor es menor que ella, que piense en las niñas. Respondió que las puedo llevar a vivir conmigo.

Desde la 4 de la tarde se arregla para ir a la iglesia a encontrarse con ese hombre, está totalmente cambiada. Hace 12 años estuvo en tratamiento psiquiátrico por pérdida de memoria después de un episodio de problemas con mi papá. Dijo que si no la dejamos, se va a volver loca y que no quiere hablar más del tema. Cómo la podemos ayudar con una consulta a un especialista o pastor. Mi hermano y yo estamos dispuestos a ayudarla en todo para que tome buenas decisiones.

Stela,
Guayaquil

Por lo expuesto, parece que quien está sufriendo más la situación de su madre es usted. Su falta de aceptación de la nueva situación de vida de su madre la lleva a frustrarse al extremo de enojarse con ella, por no aceptar que ella ya no extraña a su padre y aparentemente ha superado totalmente la fase de luto. Esta situación emocional le impide ser lo suficientemente asertiva con su madre para explicarle sus sentimientos y motivos.

Convendría que sea usted quien primero busque la orientación psicológica que necesita. Así tendrá mucho más claro qué es lo que realmente le incomoda sobre la nueva relación de su madre. Comprenderá también por qué no debería aceptar que se le adjudiquen cargas que no le corresponden, como, por ejemplo, la crianza de sus hermanas menores, quienes son de responsabilidad de su señora madre. Al parecer, ella está utilizando su enojo para hacerla cargo de sus hermanas y así rehacer su vida, como una mujer soltera, sin obligaciones. Si bien es cierto que ella es una mujer adulta, que está en todo su derecho de elegir cómo quiere vivir su vida, a lo que no tiene derecho es a renunciar a las responsabilidades que adquirió.

La inmadurez de ella no la puede solucionar usted, por lo menos no directamente. Ella ha decidido enamorarse, por razones personales, como pueden ser la necesidad de sustituir al cónyuge fallecido o sentirse atractiva y deseada por una persona más joven, aunque esa persona esté casada (una razón de las más dañinas para su salud mental y la de sus seres queridos). En el mejor de los casos, puede ser que haya encontrado una actividad que la realiza y que comparte junto a esa persona y a otras más. Cualquiera sea la respuesta, solo ella la conoce.

Le convendría, por tanto, asesorarse psicológicamente usted primero, para que maneje de manera más asertiva y adecuada sus sentimientos, de tal forma que pueda invitar luego a su madre a hacer lo mismo y por su propio beneficio.

El estado de la viudez es muy difícil, pero la superación del dolor va a depender de varios factores concomitantes, que incluyen desde el tipo de relación que la persona viuda tenía con la fallecida, las circunstancias propias de vida, entre otros, que convendría analizar con mucho cuidado. De ahí el tiempo que puede demorar una persona en superar este sufrimiento es algo muy particular y para el que no existe una regla fija.

Recuerde que no puede haber un trabajo posible y efectivo si la afectada no está dispuesta a cooperar o a aceptar ayuda. (F)

Dra. Glenda Pinto Guevara,
Psicóloga clínica, especialista TREC (parejas, niños, adolescentes y adicciones).
Telf.: 232-4066, 099-961-2322.

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