Hermana fuma marihuana

04 de Diciembre de 2011

Mi hermana se ha unido a un chico que fuma marihuana. Ella también lo está haciendo pasando un día. Me preocupa porque puede volverse adicta. Creo que se fue de la casa en busca de diversión y a sus 16 años no está preparada para hacerse de compromiso y peor con un chico que le lleva seis años. En verdad no quiero perder a mi hermana. Incluso bebe hasta perder el conocimiento.

N.N.,
Guayaquil

Lo que usted describe en su pregunta tiene que ver con adicciones. Todas esas conductas poseen un fondo común y se encuentran enmarcadas en una “conducta adictiva” que ha desarrollado su hermana. Ella se encuentra en una fase que se conoce como “precontemplativa”.

Es decir que no reconoce su adicción, no ha pensado en cambiar su conducta, ni sabe cuánto le afecta, se deja llevar, no está motivada a cambiar. No tiene conciencia del problema y, por tanto, no asume responsabilidades sobre sus actos y actitudes. Esto es factible, dado que es una adolescente y en esta etapa de la vida se tiende a idealizar y a ver la vida sin un adecuado contacto con la realidad, percibiéndose como infalible incluso frente a las drogas (y ese es el verdadero riesgo).

Esta conducta adictiva obedece a una necesidad de obtener gratificación aparente, debido a su “falta de tolerancia a las frustraciones” por situaciones cotidianas difíciles de manejar a su edad y que casi siempre tienen relación con una educación paternal sin claridad sobre lo que son “los límites” y producto de una relación a una estructura familiar “disfuncional” que no le permite la adaptación adecuada a su realidad.

Como hermana, usted puede hacer un buen trabajo de rescate con la orientación adecuada, converse con sus padres y busquen el apoyo y asesoría profesional para ella y para toda la familia. Un adicto dentro del seno familiar es por lo general la punta del iceberg, porque manifiesta los desajustes en la estructura familiar. De ahí que parte importante del tratamiento involucre a la familia como sistema. La terapia psicológica ayuda al paciente a reevaluar los pensamientos que mantienen su adicción, analiza sus creencias irracionales y distorsiones cognitivas y las evoluciones que el paciente hace con ellas, por ejemplo: “No puedo dejar de fumar o beber, no lo pasaría bien, mi novio me va a dejar, no va a querer estar conmigo”, entre otras. Es importante comprender que el adicto debe dejar su consumo y apetencias (afectivas, de hábitos o consumo de sustancias), pese a que su organismo no quiera hacerlo.

Por ello, no es necesario que su hermana quiera o esté motivada a pedir ayuda psicológica o psiquiátrica. Incluso lo más probable es que inicialmente se oponga a la idea. El mismo equipo profesional puede proporcionarle herramientas para la evaluación de su familiar. No desista, la familia constituye un pilar fundamental y una red de soporte afectivo importante para ayudar a la persona con una adición.

Dra. Glenda Pinto Guevara.
Psicóloga clínica especialista TREC (Parejas, niños, adolescentes y adicciones).
Telfs.: 232-4066, 09-961-2322.

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