Esposo insulta a su pareja

04 de Marzo de 2012

Tengo 29 años, estoy casada desde hace 3 años y tengo una niña de 2 y un niño de 1. Mi matrimonio anda mal prácticamente después de casarme. Hace un año nos separamos por un tiempo para ver cuánto mejoraba nuestra relación, parecía que podría mejorar pero desde que volvimos las cosas han empeorado.

Él a ratos está tranquilo,  pero luego se molesta o impacienta por cosas que son insignificantes como dejar la luz prendida por unos momentos, no hacerle bien un sándwich o que los niños hagan mucho ruido. Me grita, me insulta, me dice inútil y me hace sentir muy mal conmigo misma. Además, me dice que me largue porque estorbo, pero yo no tengo familia aquí porque soy de Canadá y no tengo adónde irme, para colmo la casa es de sus padres. Yo trabajo y pago la niñera, la medicina de mis hijos, parte de la comida y otros gastos de mis hijos, pero él dice que yo no aporto con nada. Estoy agotada y no sé cuánto más soportar todo esto, yo lo amo mucho pero realmente hay momentos en que me siento frustrada.

Le propuse que compremos una casa y me dijo que vea yo como la pago, que él no pone ni un centavo en algo para los dos. Actualmente tiene hackeadas todas mis cuentas electrónicas y tuve que cerrar mi Facebook y Twitter, además mis dos celulares (personal y de trabajo) me los coge y los revisa, pero no me deja ni siquiera acercarme al de él que lo tiene bloqueado. Incluso aunque fueran las 12 de la noche debo salir a comprarle algo de comer porque no le gusta comer comida guardada, sin importarle que esté cansada.  Sinceramente a ratos pierdo la paciencia y termino gritándoles un poco a mis hijos que no tienen culpa. Nunca les he gritado y siento que últimamente lo hago mucho y ellos no son culpables. Mi esposo es buen padre aunque siento que no ha madurado. No sé si seguir con él. La verdad no quiero divorciarme y lo que quiero es que mis hijos tengan un hogar feliz. Le he pedido ir a terapia matrimonial y dice que no botará la plata en algo que no sirve, que es falso.
P. Navright
Quito

 

Bueno, sería de intentar una vez más que este difícil señor acepte ayuda terapéutica. Busque entre sus amigos, familiares, contactos –los de él– alguien a quien él escuche, que represente autoridad espiritual sobre él; de pronto algún amigo, sacerdote, compadre u otro allegado a quien usted, después de pedirle discreción, le cuente el drama que está viviendo, podría ser su boya de salvación, si consigue animar a su esposo a buscar ayuda.

De no ser así, el asunto adquiere un pronóstico sombrío, tanto, que me permitiré sugerirle que si no consigue que él reciba ayuda terapéutica, comience a trabajar en su futuro y el de sus niños, sin contar con él. El divorcio no es una buena opción, pero, entre un mal matrimonio y un buen divorcio, la segunda es el mal menor, ya que le permitirá salvarse a usted de una amargura permanente y a los niños de una crianza infeliz, que lo único que asegura es que sean en el futuro hombres que al “heredar” –no por vía genética, sino por aprendizaje– un carácter antisocial semejante al de su padre, que solo conseguirá que vuestro drama sea replicado injustamente para desgracia de otras personas inocentes.

Lamento tener para usted un comentario así  de sentencioso, pero me consta que de estos ya existen demasiados casos.
Dr. Eduardo Tigua Castro,
psiquiatra-psicólogo. Telfs.: 253-0699, (09) 934-6744.

  Deja tu comentario