Esposo e hijo afectados

30 de Marzo de 2014

Tengo 33 años y estoy pasando por los peores días de mi vida. Hace diez meses mi esposo y mi hijo sufrieron una descarga eléctrica. Mi esposo perdió una de las extremidades y mi hijo tiene las manos, pero no las puede usar porque perdió los tendones. Gracias a Dios están con vida, pero desde ese momento mi vida solo es amargura por todo.

Ni yo misma aguanto mi mal genio. No sé qué hacer, solo paso llorando y la depresión está acabando conmigo. Quisiera que me ayuden con algún consejo porque de verdad ya no puedo más con mi vida.

Elizabeth,
Guayaquil

Es muy lamentable y doloroso por lo que usted está pasando. Debe tener mucha fortaleza y pensar que lo más importante es que los tiene con vida. Usted tiene que luchar día a día analizando y pensando que en este momento es el pilar y sustento para ellos, no es fácil pero hoy es cuando más debe cuidarse y ser siempre optimista.

En cuanto a su depresión, trate en lo posible de distraer su mente en algo que le guste como caminar, hacer ejercicios de diferente índole (gimnasio), tocar algún instrumento musical, pintar, etcétera. No estar sola y evitar los pensamientos negativos, canalizándolos y cambiándolos con energías positivas.

Su esposo y su hijo deben ver a una mujer íntegra y luchadora, que a pesar de lo difícil de la situación tiene todas las ganas de salir adelante, transmítales a ellos esas ganas de luchar por la vida.

Si el caso de su esposo amerita, tendría que averiguar si es posible utilizar una prótesis, al principio cuesta adaptarse, pero con el tiempo lo logrará; que el hecho de no tener una extremidad no signifique que es una persona inútil, todo lo contrario, ya que tiene todas sus cualidades intactas y sobre todo la predisposición de ganar esta batalla. Sobre su hijo, si es posible realizar algún tipo de operación para que pueda con el tiempo utilizar las manos, si por el momento no se puede, tiene que darle la motivación necesaria para que pueda vencer este obstáculo, pues el hecho de no poder utilizar las manos no significa que no pueda lograr y conseguir sus metas y objetivos.

Tomará tiempo y será difícil, pero cuando se mantienen el amor y la unión familiar se puede luchar contra toda adversidad, sumándole también una terapia psicológica; tenga mucha tolerancia y pídale a Dios que le dé las fuerzas necesarias para no abandonar esta lucha, cuando uno está con Él todo se puede lograr, hasta lo que se considera imposible.

Ernesto Secaira,
Psicólogo clínico, Centro de Psicoterapia Bienestar.
Telf.: 602-5385.

  Deja tu comentario