Esposa infiel

30 de Marzo de 2014

Hace un par de años descubrí que mi esposa me fue infiel (no sé si aún lo es), fue un golpe duro, pero debo reconocer que aún pienso que no es cierto. En esos días ella me pidió el divorcio. Reconozco que le lloré pidiéndole que pensara en nuestra familia. Estamos casados veinte años y tenemos tres niñas de las cuales dos son mayores de edad. Esta noticia me desmoronó completamente y me afectó en la salud, aunque no en mi trabajo que fue la fuente para no llegar a la desesperación con lamentables consecuencias. He intentado mejorar la relación haciéndole sentir que es el centro de la familia y la mujer de mis anhelos.

Reconozco que a pesar de la edad que tengo me he sentido inmaduro pensando que no puede estar pasándome a mí precisamente que, según me ha comentado, soy un padre ejemplar. Durante estos años difíciles que he pasado he ido perdiendo el temor a perderla y aceptando la realidad por la falta de afecto que he tenido por parte de ella. Con un poco de valentía he dialogado con ella y le he pedido que inicie el divorcio que ha querido. Sin embargo, me ha indicado que la culpa de esto es de los dos y que deberíamos darnos una nueva oportunidad tal vez en otra ciudad o país. Siento que eso es una mentira, pues los sentimientos que ella pueda tener por otra persona no pueden deshacerse a pesar de la distancia. ¿Qué debería hacer?

J.J.,
Cuenca

Deseo comenzar a responder su inquietud señalando que la base de toda relación sana es la confianza, cuando esta se pierde, esa relación queda en el aire y puede tornarse enfermiza y enfermante para todo el núcleo familiar. La confianza en otra persona se pierde por diferentes motivos. Pero esta pérdida es más dolorosa cuando se produce por una infidelidad, por una deslealtad o por malos tratos. Y por lo que usted me expresa en su carta veo que la confianza no se ha recuperado. Y recuerde que la confianza en una relación no se restaura huyendo. La confianza se restaura asumiendo errores y rectificándolos. Quiero recordarle que construir una relación sana lleva años y mucho sacrificio, destruirla es cuestión de minutos, por lo que le sugiero lo siguiente: acepte los hechos, la relación está rota. Luego pregúntese: ¿cuáles son mis expectativas para querer regresar con ella? Y también: ¿cuáles son las expectativas de ella para querer rehacer la relación? Conversen sobre sus expectativas, negocien sobre ellas, y si se ponen de acuerdo, establezcan reglas que permitan hacer viables sus expectativas. Y lo primero que deberían hacer es buscar la manera en que restaurarán la confianza perdida. Recuperar la confianza perdida en el ser amado no es una tarea fácil, pero tampoco es imposible.

Y si ambos quisieran realmente salvar la relación, su primer paso será asumir un compromiso de fidelidad absoluta, dejando atrás el pasado. Finalmente, recuerde la importancia de no enfrentar este problema solo, busque ayuda, pues es una decisión de tanta trascendencia que si la toma equivocadamente podría ocasionar mayor dolor y sufrimiento del que ya ha causado.

Lcdo. Jorge Tello Pérez,
Psicólogo clínico.
Telfs.: 230-2997, 099-592-8334.

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