Enfrentar la verdad

20 de Noviembre de 2011

Soy una mujer de 30 años, soltera y profesional que se enamoró locamente de un hombre. Tuvimos problemas pero siempre los superamos. Hace 10 meses me enteré que salía con una compañera de trabajo, lo enfrenté y terminó confesándolo. Esa vez me pidió perdón, me dijo que me amaba y que estaba confundido e incluso me pidió que tuviéramos un hijo y lo perdoné. Pero ahora me entero por otras personas que nunca se separó de esa mujer, se lo volví a preguntar y me dijo que estaba enamorado de ella. Cabe recalcar que me dijo esto sin considerar mi estado de embarazo, sentí tanto dolor, ira y lloré mucho. Me siento usada y humillada. Él me acusa de decir cosas que jamás yo había dicho y que otras personas se encargaban de regarlas. Sé que debo olvidarlo y seguir adelante con mi hijo, pero es muy duro aceptar que me hiciera esto. Él insiste que nos ama a las dos, pero yo no creo eso, me dice que lo perdone otra vez, pero no puedo confiar en alguien así. Estoy muy deprimida.
C.H.,
Guayaquil

 

Puedo notar que existe mucha “negación” de su parte con respecto a comprender la realidad de su situación afectiva. Por mucho dolor que le cause comprender que su pareja no es el hombre de quien se enamoró, el hacerlo logrará que recupere el balance afectivo saludable que requiere para seguir con su vida. Esa parte, entre líneas, que usted menciona como: “tuvimos problemas” encierra información importante y notoria de incompatibilidades de base en la estructura de la relación.

Una relación amorosa que comienza con problemas, es la base de un “amor ciego basado en carencias afectivas”. Conversaciones inconclusas sobre lo fundamental, acuerdos no logrados sobre lo que es importante para cada uno (compromiso, fidelidad, vida en pareja, hijos, etcétera), contribuyen a esconder información pertinente para resolver los problemas que toda relación ofrece. El miedo a enfrentar sus propias carencias afectivas, la convierte en “dependiente” de su pareja y así le permite el ser manejada por él, con las “formulas” que le proponga: Perdonarlo porque sí.

Tener un hijo (como manera de hacer un “broche de seguridad” o un pegamento de la relación). La comprensión que le pide sobre que usted puede ser otra persona a quien él ama. Son algunas de las formas propuestas. El recuperar su autoestima y su verdadero concepto de dignidad y valor personal, determinando lo que es importante para usted, le permitirá poner en orden sus prioridades, dejando de autocastigarse por sus decisiones y asumiéndolas. La decisión de tener un hijo es compartida en pareja pero también individual, por ello compleja, pues es poner a otro ser humano en juego.

Asumirla, es asumir su vida como es y no como quisiera que fuese, “principio de realidad”. Desde ahí, deben partir sus decisiones futuras, sobre cómo manejar sus circunstancias. Recibir ayuda profesional para revisar esta óptica y sus creencias asociadas, pueden serle de mucha ayuda.

Dra. Glenda Pinto Guevara,
psicóloga clínica. Especialista TREC (Parejas, niños, adolescentes y adicciones). Tlfs: 232-4066, (09) 961-2322.

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