Educación especial

07 de Mayo de 2017

Mi hijo tiene 5 años cumplidos, la semana pasada tuvo la entrevista psicológica en la escuela a la que va a ingresar y lamentablemente no respondió a las indicaciones de la psicóloga.

Él es un niño muy tímido y eso le causa problemas de socialización, lo estoy haciendo evaluar con una psicopedagoga y me indica que mi hijo tiene una presunción de retraso psicomotor, le falta trabajar la parte didáctica y social, porque se aísla por la vergüenza e inseguridad que tiene; no avisa cuando quiere ir al baño.

A él le corresponde, por la edad, estar en primer año de educación básica, pero yo quisiera que repita el kínder, porque prácticamente no lo hizo, ya que a mediados de año lo retiramos porque no tenía una adecuada atención, se le dificultaba realizar los trazos, la maestra nunca nos llamó a reunión para indicarnos el problema del niño en la escuela y el DECE de la institución tampoco.

¿Habrá algún problema en que el niño vaya a primer grado prácticamente vacío? ¿Tiene que estar obligado a ir a un nivel para el que no está preparado y que por la edad no puedan bajarlo a kínder? ¿El Distrito puede autorizar que a mi hijo lo puedan ubicar en el nivel que le correspondería presentando los informes psicológicos particulares donde se justifique su cambio de nivel? ¿La escuela puede negarle la matrícula por esto?

Estoy muy preocupada de que a mi hijo se le haga mucho más difícil adaptarse a un nivel para el que no está preparado.

Johanna,
Guayaquil

Aprecio su gran sentido de responsabilidad, así como su mirada integral del asunto. Eso ya es una paso positivo frente a la situación. Estaríamos frente a un proceso de una necesidad educativa temporal, según lo relatado, y con varios componentes a revisar.

Usted lo define como tímido, de 5 años y que no avisa cuando necesita ir al baño. Considero que sería conveniente un chequeo con el pediatra para descartar alguna molestia en su aparato urinario que podría hacer que prefiera retener la necesidad. Si este no es el caso, hay varias formas de ayudarlo a establecer una rutina horaria, recordándoselo con voz tranquila y suave, sin presiones ni prisas, cada 3 horas. La naturaleza de los niños es imitativa, por lo cual la forma más natural sería viendo cómo lo hace papá. Adquirir estas rutinas de autonomía fortalece la autoestima, que se relaciona directamente con aspectos de timidez.

Hace falta conocer qué lugar ocupa el niño entre los hermanos. ¿Es hijo único? ¿Es hijo último? ¿Es el de en medio? Pues son factores que influyen en la dinámica familiar y por ende en su forma de relacionarse con los otros.

Con todos estos detalles y los respectivos certificados, elija una institución educativa donde, desde su perspectiva de madre, considere que es la conveniente para su hijo. Tenga una conversación abierta con el DECE de la institución. El DECE puede hacer un interesante trabajo con la UDAI respectiva (Unidad de Apoyo a la Inclusión) si lo consideran pertinente, conjuntamente con el compromiso del hogar, llevando los registros requeridos de las actividades a cumplir por cada una de las partes en los plazos señalados.

Es un trabajo de equipo por el bien del niño; todos aportan y apoyan y su opinión como madre es muy importante. Deseo que sean de utilidad estas reflexiones. (F)

Malena Bonilla de Crespo,
Educadora.

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