Después de la rinoplastia

12 de Noviembre de 2017

Mi hijo de 29 años se realizó una rinoplastia hace dos meses. La operación salió bien aparentemente; sin embargo, él no se siente satisfecho. Desde ahí no puede dormir, no tiene apetito, las manos se le enfrían, evita ser visto por las personas que lo conocían, incluso por la familia. Tiene temor del mañana y los recuerdos le traen remordimientos. La mayoría del tiempo se encierra en su cuarto y verse en el espejo se le ha vuelto una obsesión. Debido a todo esto no puede trabajar y hacer la vida normal que antes llevaba. ¿Qué puedo hacer por él?

Madre desesperada.
Quito

Estimada señora: muchas personas toman la decisión de realizarse una cirugía plástica, con el objetivo de posponer el envejecimiento, reconstruir alguna parte de su cuerpo o simplemente para embellecer. En la sociedad actual se siente una especie de presión social subliminal y apoyada por los medios de comunicación, para difundir todo lo concerniente a precios profesionales y lugares donde las realizan.

En su mayor parte, el grupo de personas que hacen uso de la cirugía estética son mujeres, pero actualmente está siendo muy aceptada por los varones. Lo que muchas personas ignoran es que el gustarle o no a otro tiene que ver más con su personalidad, su madurez emocional, su escala de valores, su simpatía y otros aspectos, que no es solo cuestión de la atracción física.

La cirugía plástica estaría más justificada en caso de defectos congénitos o accidentes que hayan deformado el aspecto físico. Sin embargo, debemos reconocer que esta especialidad ha proporcionado mucha felicidad, elevado la autoestima y superado algunos complejos, más que todo cuando la operación ha cumplido con todas las expectativas creadas antes de su realización.

En muchas ocasiones, ya sea por negligencia o inexperiencia de los cirujanos, algunas no quedaron como el paciente deseaba, convirtiéndose esto en una verdadera pesadilla, incrementando la inseguridad y la incomodidad del paciente. Por ello es muy importante asistir a especialistas realmente certificados y reconocidos por sus éxitos en el quirófano.

Hay un factor muy importante que se tiene que tomar en cuenta y analizar antes de someterse a una cirugía estética, y es el psicológico, porque el paciente puede tener algún conflicto o una imagen distorsionada de su figura, que para otras personas pueden ser algo insignificante, y que él o ella piensen que dicha cirugía va a solucionar absolutamente, por lo que sería bueno que aconseje a su hijo asistir al psicólogo para descartar o tratar alguna condición, trauma o complejo que se esconda tras esa decisión. Es diferente en aquellas personas que, siendo emocionalmente equilibradas, toman la decisión de mejorar su aspecto.

En el caso de su hijo, al decir usted que “los recuerdos le traen remordimientos”, me hace pensar en posibles conflictos sin resolver, y en la necesidad de acudir a un profesional que analice cuál es su verdadera situación y descarte que él padezca de dismorfofobia, una condición en la que el paciente tiene la creencia obsesiva o preocupación exagerada de pensar que, en este caso, su nariz es muy desagradable.

Sería bueno que él visite a su cirujano y le exprese con honestidad lo que realmente desea. En algunos casos hay que realizarse uno, dos y hasta tres retoques para lograr obtener los resultados deseados.

Deseo que su hijo resuelva su problema y con ello su angustia.

Dra. Linda Coronel de Arias,
Psicóloga clínica, especialista en conflictos de pareja.
Telfs.: 099-340-7550, 212-5681.

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