Dejar el pañal

04 de Agosto de 2013

Tengo 32 años, casada y mamá de dos niños, uno de 3 años 5 meses y otra de 2 años 2 meses. Lamentablemente por falta de tiempo y orientación pude enseñar a mi hijo mayor a dejar el pañal a los 2 años 10 meses, pero sé que lo hice con éxito porque aprendió muy bien y a los 2 o 3 meses avisaba sin problemas que quería hacer pipí o popó. El problema lo tengo ahora que ha ingresado al prekinder. Desde hace aproximadamente un mes no avisa y se aguanta las ganas, moja los pantalones y es ahí que nos damos cuenta de que quiere ir al baño y algunas veces hay que llevarlo a la fuerza, pero esta última semana está peor, al punto que el otro día llegó de la escuela totalmente empapado. Siempre que lo limpio le explico que no está bien que se aguante y que debe avisar antes para llevarlo al baño. No sé qué hacer porque no quiero retroceder y volver a ponerle pañales.

Flor, Guayaquil

El control de esfínteres es un proceso mediante el cual se enseña a los niños a controlar la vejiga y el intestino. Este se logra entre los 2 y 4 años, existen entre el 2 y 10% que lo hacen después de los 4 años. Ellos desarrollan su propio ritmo y otros no. Los niños necesitan cierta madurez neurológica y motora para controlar los esfínteres: sentirse incómodos cuando mojan, expresar dicha situación, colocarse en posición adecuada para ir al baño y bajarse los pantaloncitos. La edad del niño por sí sola no determina si está preparado para controlar los esfínteres; el mejor momento es cuando esté mental, emocional y físicamente listo, entre los 21 y 36 meses comienza el entrenamiento, no debe iniciarse antes de los 18 meses. Existen factores psicológicos (conductuales, familiares y personales) que pueden influir en la etapa de aprendizaje, como un entrenamiento demasiado precoz y exigente, miedo o fobia al inodoro, conflictos entre los padres y el niño, padres sobreprotectores y ansiosos, nacimiento de un nuevo hermano, inicio escolar, nueva cuidadora, temperamento temprano difícil del niño, que pueden hacer que un niño que controló sus esfínteres vuelva a no hacerlo. Se debe recordar que entre las causas orgánicas hay que descartar una infección urinaria o estreñimiento. Los niños necesitan paciencia y aliento de sus padres en la enseñanza del control de esfínteres, es un evento natural como caminar o comer; por lo tanto no es recomendable darles grandes elogios ni premios.

Dra. Carmen Arreaga Sotomayor, pediatra-neonatóloga.
Telfs.: 233-5786, 099-990-1493.

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