Dar poco, apreciar mucho

Por Ángela Marulanda
17 de Septiembre de 2017

Nuestra conducta como padres es la que establece lo que harán nuestros hijos… para bien y para mal. Si bien es cierto que nosotros podemos exigirles que sean amables, correctos y responsables, así como a no correr riesgos innecesarios, si no les damos ese ejemplo, estaremos nadando contra una corriente que nos superará. Podemos encaminarlos a actuar en forma apropiada, pero no podremos lograr que obren bien si no les damos un ejemplo impecable de lo que esperamos ver en ellos porque los niños aprenden no de lo que les decimos sino lo que nos ven hacer a nosotros. Irremediablemente, nuestra forma de actuar será la que ellos adoptarán, lo que nosotros creamos será lo que ellos creerán y lo que nosotros valoremos será lo que ellos valorarán.

Cuando dedicamos demasiados esfuerzos a trabajar para poder satisfacer todas las demandas de los niños, no los estamos beneficiando sino perjudicando porque los enseñamos a pedir lo que no se merecen y a exigir lo que no se han ganado. Por el contrario, si reducimos los gastos innecesarios, no solo tendremos menos cuentas que pagar sino también más tiempo para disfrutar en familia. Si bien es posible que los hijos protesten porque no los complacemos, en esta forma no solo valorarán lo que tienen sino que también apreciarán los privilegios con que cuentan.

Es cierto que se necesita valor para decidirnos a reducir los gastos innecesarios. Sin embargo, no les hacemos ningún favor a los hijos cuando los complacemos con cuanta cosa u oportunidad exigen. Está comprobado que los niños más felices y agradecidos son aquellos que tienen poco de lo que quieren y apenas suficiente de lo que necesitan.

Al proporcionarles a los hijos más de lo que merecen, no logramos que vivan felices, sino que demanden lo que no se han ganado y que no valoren ni agradezcan los privilegios y oportunidades que les proporcionamos. Así no los estamos preparando para ser generosos y luchadores, sino para que exijan mucho y contribuyan poco. Las personas más felices no son las que tienen más sino las que necesitan menos. (O)

angelamarulanda20@gmail.com

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