Control para adolescente

20 de Marzo de 2016

Tengo una hermana de 17 años que ya ha tenido relaciones sexuales con el novio. La queremos cuidar con inyecciones para que no salga embarazada y termine sus estudios, pero se resiste. No sabemos qué hacer, queremos sacarla o cambiarla de colegio.

Josy,
Guayaquil

Como todos sabemos, la mayoría de edad se alcanza a los 18 años, es decir que, mientras tanto, los menores están sometidos a la patria potestad de sus padres, quienes tienen la obligación de velar por el cuidado, educación, desarrollo integral, defensa de derechos y garantías de los hijos (arts. 278, 283 Código Civil, 105 Código de la Niñez y 44 de la Constitución).

Por tanto, es obligación de los padres proteger a las adolescentes, mediante la prevención de un embarazo no planificado o no deseado, pudiendo acudir para ello a un centro de atención materno-infantil y de control prenatal en búsqueda de asesoría sobre anticoncepción y planificación familiar, (art. 7 del Reglamento para regular el acceso a métodos anticonceptivos, Acuerdo Ministerial 2490, R. O. 919, del 25 de marzo de 2013). En consecuencia, si los padres toman este tipo de medidas, no estarían infringiendo ninguna norma legal.

Comprendo que, a veces, y de acuerdo con la forma de crianza de los hijos y al carácter y personalidad de estos, resulta difícil someterlos a una disciplina, sobre todo cuando no se les ha inculcado desde pequeños principios, valores, respeto y obediencia que hagan posible una mejor educación y ayuda. En vez de emplear la fuerza, es preferible usar la persuasión y la reflexión, mediante recomendaciones, sugerencias y consejos, haciendo, en su caso, con su hermana, un análisis objetivo y tranquilo sobre los resultados de su irresponsabilidad, que la convertiría en madre antes de tiempo, cambiándole la vida para siempre, trayendo un bebé al mundo por quien tendría que sacrificarse y abandonar sus estudios, durante un tiempo, cuando menos.

Habría que hacerle entender todas las consecuencias que este despropósito traería no solo para ella, sino para la familia. Quizás la ayuda de un psicólogo no estaría de más. Cambiarla de colegio no me parece una buena idea, porque aumentaría su rebeldía y, como está enamorada, buscaría la forma de encontrarse con el novio. (F)

Dra. Katia Murrieta,
Abogada.
Telfs.: 231-1743, 231-2129, 230-5780.

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