Cómo manejar el mal genio

04 de Diciembre de 2016

Mi esposo y yo tenemos casi 4 años de casados, desde que lo conocí ha tenido mal genio, pero ahora último ha aumentado, y se descarga conmigo de sus problemas, llega con mal genio a la casa, incluso nuestra hija ha presenciado sus gritos, lo cual me preocupa mucho.

En dos ocasiones se ha descontrolado tanto que ha intentado golpearme, porque yo “no me callo”, sino que le refuto sus quejas. Luego se le pasa y se calma, pero no me pide disculpas, sino que anda por ahí normal, y se excusa de su enojo por tal y cual motivo.

Yo no me creo merecedora de ese trato, más cuando no lo he provocado, sino por cosas externas. Le he dicho para ir a terapia psicológica, para manejar el mal genio, y me dice que no tiene problemas tan graves, pero yo no quisiera llegar a un extremo en nuestra relación para asistir recién. Cabe recalcar que el papá de él maltrató a la mamá por muchos años, y ahora ya están separados. ¿Qué puedo hacer?

Esposa preocupada,
Guayaquil

La ira es una de las emociones negativas más fuertes, y hace que la persona que la siente tenga dificultades en todos los campos. Se siente insegura, que no tiene control sobre lo que le ocurre y actúa impulsivamente. Lo ideal sería serenarse, mostrar empatía y saber escuchar. Sería positivo que ustedes cultivaran inteligencia emocional, para comprender sus emociones y canalizarlas, en este aprendizaje puede guiarles un profesional.

El diálogo sincero y claro ayuda mucho en la comprensión de dificultades; usted dice que el padre de su esposo también era violento con la cónyuge, y por desgracia lo que se ve y se siente de niño deja grandes huellas en nuestras vidas y por eso quizás su esposo repite lo aprendido.

Sería conveniente que su esposo tratara de autoanalizar qué acciones y qué palabras le provocan ira, para encontrar caminos que eviten estas situaciones y tratar de desarrollar la capacidad de resistencia, de sofocar el sentimiento incipiente de ira; se debe comprender que la capacidad de retrasar un impulso es la base de una serie de esfuerzos positivos, como en este caso llevarse y comprenderse mejor con usted.

La ira entorpece la concentración y la persona queda paralizada, con poca capacidad mental y discernimiento de lo que es positivo y negativo, por eso la importancia de controlarse al comenzar a sentir ira. Se dice que la ira crece sobre la ira; Zillmann dice que el disparador universal de la ira es la sensación de encontrarse en peligro, una amenaza a la autoestima o a la dignidad.

Lo que se debe analizar es por qué se produce, comprender y entender las situaciones con claridad y cómo son en realidad.

La comunicación es atenuante, disminuye la ira, porque así podemos revalorizar los acontecimientos y muchas veces llegar a la conclusión de que no valía la pena airarse. Recuérdele a su esposo que la ira acumulada le puede provocar diferentes enfermedades. Es también adecuado hacer ejercicio, caminar, socializar, ver TV.

Sería positivo que usted dialogara con su esposo y le comunicara sobre lo que he explicado, si él desea cooperar sería excelente. Sugiero además que acudan a un especialista para que juntos hallen una solución, porque el ambiente agresivo perjudica también a su niña y la paz en su hogar es básica para todos, y hay que buscarla.

Usted decide: apoyar a su esposo, siempre que él desee cambiar; pero si la situación es insostenible, usted debería pensar en separarse. Le deseo lo mejor. (F)

Susana T. de Rumbea,
Psicóloga clínica.
Telfs.: 288-1875, 098-893-9539.

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