Los cinco remordimientos antes de morir

Por Paulo Coelho
24 de Junio de 2018

Uno de mis amigos me envió un enlace al comentar “Insulto a los muertos”. Lo comprobé y me encontré con un texto muy interesante por Bonnie Ware. Un resumen:

Durante muchos años trabajé en los cuidados paliativos. Mis pacientes eran los que habían ido a casa a morir. Estaba con ellos durante los últimos tres a doce semanas de sus vidas.

Cuando se les preguntó acerca de cualquier arrepentimiento que tuvieran o cualquier cosa que hubieran hecho de manera diferente, los temas comunes surgieron una y otra vez. Estos fueron los cinco más comunes:

1. Me gustaría haber tenido el valor de vivir una vida fiel a mí mismo, no la vida que otros esperan de mí.

Cuando las personas se dan cuenta de que su vida está a punto de terminar y miran hacia atrás con más claridad, es fácil ver cuántos sueños se perdieron. Desde el momento en que se pierde la salud, ya es demasiado tarde. La salud trae una libertad que muy pocos notan, hasta que ya no la tienen.

2. Me gustaría no haber trabajado tan duro.

Esto vino de cada paciente de sexo masculino que cuidé. Todos los hombres que cuidé lamentan profundamente el haber gastado tanto de sus vidas en la rutina de una vida laboral.

3. Ojalá hubiera tenido el valor de expresar mis sentimientos.

Muchas personas suprimieron sus sentimientos con el fin de mantener la paz con los demás. Como resultado, se conformaron con una existencia mediocre y nunca llegaron a ser lo que eran realmente capaces de llegar a ser. Muchas enfermedades, desarrolladas en relación con la amargura y el resentimiento, llegaron como resultado.

4. Me hubiera gustado haber estado en contacto con mis amigos.

A menudo no se dan cuenta realmente los beneficios de sus viejos amigos hasta que mueren y no siempre fue posible localizarlos. Muchos de ellos habían llegado a ser tan atrapados en sus propias vidas que habían dejado amistades de oro que se deslizaron por el paso de los años. Hubo muchos lamentos profundos sobre las amistades y no darles el tiempo y esfuerzo que merecían. Todo el mundo pierde sus amigos cuando están muriendo.

5. Me gustaría haberme permitido ser más feliz.

Esta es una afirmación sorprendentemente común. Muchos no se dieron cuenta hasta el fin, de que la felicidad es una elección. Se habían quedado atrapados en viejos patrones y hábitos. El denominado ‘confort’ de lo familiar se desbordó en sus emociones, así como su vida física. El miedo al cambio los hizo fingir frente a otros y para sí mismos, que estaban contentos. Cuando, muy adentro, ansiaban reírse de verdad y cometer torpezas en su vida de nuevo. (O)

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