Lecciones que aprendí

Por Paulo Coelho
20 de Mayo de 2018

Una carta recibida en mi blog: un libro deslumbrante que cambió mi vida es El manuscrito encontrado en Accra escrito por Paulo Coelho en 2012. Me lo recomendó un amigo increíble, y de vez en cuando leo mis extractos resaltados para refrescar mi mente en estas increíbles lecciones de vida. Yo, como muchos otros, me enamoré de El Alquimista hace muchas lunas, pero fue este libro el que realmente me dejó sin aliento. Sentí como si estuviera teniendo una conversación con mi alma. Es así que decidí tomar un respiro hoy y compartirlos:

“Busque amigos y aliados entre las personas que creen en lo que hacen y en quiénes son. Porque la amistad es una de las muchas caras del amor y el amor no se deja influir por las opiniones. El amor acepta a su compañero incondicionalmente y les permite a cada uno crecer a su manera”.

“Las personas que solo buscan el éxito rara vez lo encuentran: porque no es un fin, sino una consecuencia. Es el fruto de una semilla que amorosamente plantaste”.

“Evita a aquellos que creen que son más fuertes que tú, porque en realidad están ocultando su propia fragilidad”.

“Evite a los que buscan amigos para mantener un cierto estatus social o para abrir puertas a las que de otra manera no podrían acercarse. Manténgase cerca de aquellos que están interesados ??en abrir solo una puerta importante: la puerta de su corazón. Nunca invadirán tu alma sin tu consentimiento ni dispararán una flecha mortal a través de esa puerta abierta”.

“Evite a aquellos que hablan mucho antes de actuar, aquellos que nunca dan un paso sin estar muy seguros de lo que les traerá”.

“Manténgase cerca de aquellos que, cuando cometen un error, nunca dijeron: ‘Lo hubiera hecho de manera diferente’. No cometieron ese error en particular, y no están en posición de juzgar”.

“Manténganse cerca de aquellos que no tienen miedo a ser vulnerables, porque tienen confianza en sí mismos y saben que, en algún momento de nuestras vidas, todos tropezamos; no interpretan esto como un signo de debilidad, sino de humanidad”.

“Bienaventurados los que no temen la soledad, que no temen a su propia compañía, que no siempre están buscando desesperadamente algo que hacer, algo con lo que divertirse, algo para juzgar. Si nunca estás solo, no puedes conocerte a ti mismo. Y si no te conoces a ti mismo, comenzarás a temer el vacío”.

“Estamos acostumbrados a pensar que lo que damos es lo mismo que lo que recibimos, pero las personas que aman, que esperan ser amadas a cambio, están perdiendo el tiempo. El amor es un acto de fe, no un intercambio”.

“Olvidamos todo lo que se nos enseña sobre el amor, porque cada nuevo encuentro trae sus propias agonías y sus propios éxtasis”. (O)

www.paulocoelhoblog.com

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