La prueba más difícil

Por Ángela Marulanda
19 de Febrero de 2017

Terminar la secundaria es una experiencia que implica una cantidad de cambios que van más allá de no tener que volver al colegio. Quizás lo más significativo es que los jóvenes pasan a la categoría de adultos y, por lo tanto, ingresan a la escuela de la vida, lo que significa que serán personalmente responsables por sus acciones y omisiones. Y si bien es cierto que ya no tendrán que obedecer sumisamente lo que les ordenen sus mayores, sí tendrán que esforzarse por superar una prueba mucho más difícil: construir una vida que les permita tener una buena razón para existir.

A partir de la mayoría de edad la sociedad les otorga a los jóvenes una serie de derechos y privilegios, pero también los responsabiliza por una serie de deberes. Esto último puede ser una lección bastante complicada para quienes han crecido en un mundo en el que se enfatizan los derechos, pero poco se habla de las obligaciones. Por este motivo muchos jóvenes dominan el arte de reclamar miles de prerrogativas pero que poco saben de lo que significa asumir sus obligaciones.

Lo cierto del caso es que una sociedad enfocada en los derechos invita al caos y la rivalidad, mientras que una manejada desde los deberes de sus integrantes promueve un ambiente de servicio, solidaridad y colaboración.

Desde el momento en que los jóvenes se gradúan del colegio comienzan a gozar del privilegio de decidir a qué quieren dedicarse en la vida y es importante animarlos a que se concentren en lo que pueden aportar y no solo en lo que aspiran a recibir. Las personas comprometidas con sus deberes son las que han logrado los grandes hechos que han beneficiado a la humanidad. Si hoy no vivimos bajo el dominio de los europeos fue gracias a que Simón Bolívar nos liberó de su dominio. Y si sobrevivimos a las enfermedades infecciosas fue gracias a que Alexander Fleming tuvo el talento de inventar la penicilina y logró combatir los gérmenes que habrían podido acabar con la vida de todos.

En el proceso de apoyar a los hijos para que inicien sus estudios profesionales y se concentren en lo que pueden y deben construir, recordémosles que el desafío de llegar a ser alguien dependerá de su capacidad de asumir la responsabilidad de poner sus talentos al servicio de la humanidad. Y es esto lo que les permitirá contribuir a hacer del mundo un lugar mejor para vivir. (O)

angelamarlanda@gmail.com

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