La fobia social en la adolescencia

Por Lenín E. Salmon
03 de Febrero de 2013

De los grandes desafíos que el adolescente debe enfrentar, la interacción social es uno de los más difíciles y con más importantes proyecciones hacia su vida adulta. Es que el día a día durante esta etapa se desarrolla en un inmenso escenario social con ramificaciones deportivas, artísticas, afectivas, culturales, políticas, sexuales, por nombrar las más visibles, en las que debe ir aprendiendo a manejarse en una nueva realidad que lo intimida y le causa inseguridad y ansiedad. Sus contemporáneos están en las mismas condiciones que él, tratando de negociar a su manera sus propios problemas (a menudo burlándose o abusando de los que se dejen). Por otro lado muchos adultos piensan que es solo cuestión de tiempo para que sus hijos superen, como por arte de magia, los “dolores del crecimiento”. Y no podrían estar más equivocados: esta es la etapa en la que una persona necesita más ayuda que en cualquier otra.

La razón de ser de un adolescente es “pertenecer” a algo más grande, que es el grupo, y lograr ser parte “del grupo” muchas veces se presenta como una tarea muy difícil, que genera ansiedad y deseos de escapar de la misma situación a la que quiere integrarse. El caso más complicado es el denominado fobia social, o la experimentación de intenso temor a sentirse juzgado desfavorablemente, humillado, marginado o avergonzado en público, lo que lo empuja a estar demasiado pendiente de lo que hace o dice, perdiendo espontaneidad (sudando, tartamudeando, sonrojándose, etc.) y cometiendo torpezas. El resultado final es que sucede lo que más temía. Esto ratifica su miedo y lo prepara mal para su próxima oportunidad, la cual esperará con mucha angustia (y alta probabilidad de volver a fallar). Es una vida muy triste.

La fobia social no es una enfermedad, es una actitud que se puede modificar con técnicas relativamente sencillas, pero que requieren disciplina (como aprender a relajarse, visualizarse en situaciones sociales y practicar diversas formas de conducirse apropiadamente, aprender técnicas de respiración, etc.). Existe mucho material de autoayuda y diversidad de terapias en este campo, y lo que el adolescente necesita es que sus padres lo ayuden a tomar la decisión de vivir mejor.

lsalmon@gye.satnet.net

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