El matrimonio, los celos y la mente

Por Lenín E. Salmon
02 de Septiembre de 2012

En toda relación afectiva, incluyendo al matrimonio, debe existir, y de hecho existe, un cierto grado de incertidumbre, de misterio, expresado mediante pequeñas bromas y leves manifestaciones de celos. Es la “chispa” que nos hace interesarnos más, esmerarnos más, esforzarnos más en darle a la relación un clima de agradable motivación.

Es una muestra clara de cuán importante nos es la relación y cuánta afectación nos causaría el ver amenazado este entorno conyugal. Lo contrario sería tomar por descontado al cónyuge y, basados en que las promesas matrimoniales “son para siempre”, no interesarse por el desarrollo que haga de su tiempo y actividades. Esta actitud podría poner en riesgo la estabilidad de la relación. Además, algo de celos, algo de dudas, algo de preguntas en los momentos apropiados ayudan a establecer los límites de la “zona de confort” de cada uno que el otro debe respetar.

Pero no siempre es así. Todos llegamos al matrimonio (al primero o al segundo) con una historia, no siempre resuelta, relacionada con la fidelidad y la forma de protegerla. Muchas personas que sufrieron en su pasado afectivo por causa de la infidelidad (tanto en carne propia como en su hogar paterno) no son emocionalmente competentes para tratar el tema en forma objetiva, y su pasado puede traicionarlas en el peor momento. Su mente puede convertirse en su mayor enemigo, torturándose al revivir pasadas ofensas, imaginándose nuevas, rechazando explicaciones, protagonizando escenas bochornosas, haciéndole la vida miserable a su pareja. Está de más decir que si hay alcohol, drogas, o un diagnóstico de desequilibrio mental, la situación se vuelve más compleja, aun en ausencia de una historia triste.

La mente es un mecanismo mucho más poderoso de lo que suponemos y cuando su control se nos va de las manos, literalmente nos ponemos a merced de los acontecimientos que creamos o imaginamos. En el caso de los celos exagerados puede ser una cuestión de vida o muerte. Por esta razón, al buscar terapia de pareja (porque es un problema que les concierne a ambos), se debe enfatizar la necesidad de alcanzar control emocional, y de esta forma orientar a la mente a actuar en forma objetiva y positiva.

lsalmon@gye.satnet.net

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