¿A dónde están los niños?

Por Ángela Marulanda
11 de Mayo de 2014

Si un hijo menor de edad nos comunica que va salir por la noche con unos amigos, antes que nada le preguntaríamos: ¿a dónde irán? ¿con quién van? ¿qué van a hacer? ¿a qué horas regresarán?... Y si todas sus respuestas fueran “no sé”, ¿lo dejaríamos que se fuera? Pero eso es lo que hacemos cuando permitimos que los niños, a cualquier hora del día o de la noche, estén en las redes sociales de internet (incluidas aquellas que son exclusivas para adultos).

Estos lugares de encuentro virtual en el ciberespacio fueron establecidos como un espacio específicamente diseñado para mayores. Esto significa que participar en una comunidad cibernética es un privilegio para personas maduras, que tengan los criterios para saber con quién les conviene relacionarse y con quién no, qué deben publicar y qué no, qué deben ver y qué evitar.

En las redes sociales nuestros hijos pueden relacionarse con toda suerte de gente, que bien pueden ser personas maravillosas, pero también pedófilos, estafadores, depravados, traficantes de droga... sin que sepamos qué les estarán incitando a hacer. Lo grave es que los niños no tienen la capacidad ni los criterios para evaluar las consecuencias perjudiciales que puede tener lo que ven, escuchan o comparten en el ciberespacio, y tampoco sobre lo que los pueden inducir a hacer.

Será muy difícil que nuestros hijos tengan claro qué está bien y qué está mal si siguen imbuidos en un mundo mediático en el que están expuestos a ver y a participar en toda suerte de experiencias que alientan la perversidad, glorifican la violencia, promueven la agresividad, trivializan la promiscuidad y endosan la infidelidad.

Preguntémonos ¿por qué, a pesar de que sabemos los riesgos tan grandes y nefastos que pueden correr los hijos cuando acceden a internet, les permitimos que vivan ahí metidos? Y además les proporcionamos los aparatos y los medios que necesitan para deambular a sus anchas por el ciberespacio. Recordemos que amar a los hijos es protegerlos de todo lo que sabemos que puede ser peligroso o dañino para ellos… ¡y andar a solas por el mundo virtual lo es!

www.angelamarulanda.com

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