Extensiones 101

15 de Abril de 2018
Gisella Quintana B.

Oh, el cabello. Con frecuencia nos gustaría más largo, más abundante, más brillante. Y de inmediato. Conozca las técnicas que posibilitan este deseo, para tomar una decisión en armonía a sus necesidades.

La historia de Sansón nos enseñó que una melena frondosa equivale a poseer muchísimas cualidades más allá del pelo (pero inherentes a ella): fuerza, figura robusta, valentía. En fin, nos destaca sobre los comunes y los corrientes.

En lo cotidiano, el cabello representa múltiples valores para la identidad. Significa estatus, salud y belleza. Es símbolo de feminidad para algunas mujeres y, posiblemente, en la misma proporción se asocia a la virilidad para los hombres.

En este recorrido han surgido complementos para conseguir las añoradas cabelleras ‘sansónicas’, como las extensiones de cabello (natural y artificial). La elección depende del fin que cada quien demande y su estilo de vida para que no afecte su comodidad.

Extensiones vs. pelucas

Las pelucas son la mejor opción para personas que pasan por tratamientos de quimioterapia o sufren alopecia.

También sirven para dar soporte al análisis de colorimetría cuando una persona busca un nuevo look, sea que cambiará el color de su cabello natural o mediante extensiones.

En ese caso, la peluca tratará de convencerlo, o desanimarlo, de cualquier procedimiento definitivo, antes de hacerlo.

Diagnóstico previo

La colorimetría es la ciencia que estudia el color y sus matices. En asuntos del pelo, le asigna valores numéricos a los tonos de pigmentos capilares en una escala y a los reflejos que desprenden cada uno. Por ejemplo, el tono rubio puede ser oscuro o claro y, a su vez, proyectar un reflejo cenizo o rojizo.

Esta herramienta es vital para analizar el color que logra mejor armonía en cada tipo de piel, el tipo de rostro, con la textura y definición del cabello específicos. Así, el estilista define el look a lograr, el volumen que busca con las extensiones y la calidad del pelo que necesita su cliente.

Cuál me pongo

En nuestro medio existen tres tipos de colocaciones comunes: con vinchas (clips o peinetas), adhesivas y con grapas (aros o microline), sea mechón por mechón o en ‘cortinas’ de pelo. También hay un método que se conoce como ‘cosido’ o ‘tejido’.

La primera es removible, el estilista le enseña cómo colocarla y retirarla de la cabeza. Es recomendable para los primerizos, hasta que se acostumbren a tener este complemento.

Las adhesivas se pegan lo más cercano al cuero cabelludo y son las que mejor se camuflan, el efecto es fijo. Para preservar el pegamento, trate de no usar planchas o bañarse con agua caliente, pues el calor lo derrite.

Las extensiones con grapas también son fijas. Son unos aritos metálicos que encierran un mechoncito real con el foráneo al apretarse con un alicate pequeño. El resultado es muy natural, porque las hebras se mezclan como una sola.

¿Artificial o natural?

Sin mucha discusión, las extensiones y pelucas de fibra humana logran una apariencia más realista. Pueden amoldarse a cualquier estilo, como el pelo real, tinturarse, soportan el calor de los procesos de rizados o alisados. Por estas razones, también son más costosas y exigen más mantenimiento.

En cambio, los productos con fibras sintéticas son más accesibles, su mantenimiento es menor y pueden llegar a ser más ligeras. También absorben menos humedad y con ello no producen mal olor. 

Asesoría: Camilo A. Polanco y Marcos Torres, técnicos capilares y asesores de imagen de Pelucas y Postizos (Av de Las Américas). Fuentes adicionales: Institutos Nacionales de la Salud de EE.UU. y Academia Loreal (academialp.com.ar)

  Deja tu comentario