Arte y ciencia del perfume en Firmenich, Sao Paulo

13 de Diciembre de 2015
  • Planta de Firmenich en Sao Paulo. Allí trabajan con materias primas naturales y moléculas sintéticas desarrolladas por sus químicos.
  • Alessandra Ambrossio (brasileña) es la imagen del perfume Fascina de Ésika.
  • Los asistentes de los perfumistas son quienes mezclan las nuevas fragancias.
Gisella Quintana desde Sao Paulo

Escoger una fragancia es fácil: oler y gustar. Pero detrás de ese aroma hay un proceso sensible de los maestros perfumistas.

Mandil, guantes, gafas especiales, pipetas, mezclas de aceites esenciales, alcohol... Con estos implementos me convertí en un instante en una perfumista en Firmenich, una de las casas de perfumería más grandes del planeta.

Este gigante suizo, con 120 años de vida, tiene sucursales en cada continente y en Sao Paulo, urbe a la vanguardia en tendencias, se levanta su mayor laboratorio de América. Allí, periodistas de Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador, México y Perú olfateamos el proceso de creación de las fragancias, invitadas por Ésika (Belcorp), cuyos perfumes también se elaboran en esta compañía.

Con buenas notas, aprobada

Los aceites esenciales que mencioné al inicio corresponden a las tres notas de la fragancia: de salida, de cuerpo y de fondo. Eliani Bonani, directora de creación de perfumes y evaluadora en Firmenich, nos guió en este experimento olfativo.

La nota de salida es la primera impresión del producto y dura de 5 a 15 minutos. Son los acordes cítricos, frutales y herbales. El cuerpo es el corazón de la fragancia, percibida hasta cuatro horas después de aplicada. Son ingredientes florales y frutales no cítricos. Finalmente, la salida son olores amaderados, especias, bálsamos, resinas. Son los más duraderos, fijados en la piel más de cuatro horas.

Por supuesto, estas variaciones para la mayoría son poco notorias, pero influyen bastantísimo en la elección de un perfume: nos dejamos llevar por el primer splash, y luego nos seduce ese olorcito impregnado en la piel por varias horas. ¡Y no sabíamos por qué! Además, las tendencias actúan sobre la selección del olor por vestir. “Las latinas buscan notas florales, con frescura y a la vez sofisticación con aromas orientales y maderas”.

En mi combinación quería lograr una fragancia muy dulce. Pero la proporción no fue adecuada porque resultó un aroma muy azucarado: basta un chorrito para que no me empalague la nariz, ni la de los demás. Muy diferente al de mis compañeras, a pesar de haber usado ingredientes iguales.

“Las familias olfativas son notas musicales y gracias a la creatividad de los artistas se logran canciones distintas. Trabajamos con 1.500 aromas conocidos, dentro de ellos 400 son creados por Firmenich. Con esta combinación trabajan nuestros 80 perfumistas en el mundo. Así que un perfume jamás podrá ser igual a otro”, agregó la experta, quien, afortunadamente, no me ‘dejó de año’ por mi creación.

Cómo ser un perfumista

El trabajo de Bonani consiste en evaluar los ensayos de perfumes, definiendo si las mezclas son agradables y cumplen las expectativas del cliente. Es decir, oler las fragancias, una actividad que al maestro perfumista no le compete. ¿Cómo es eso? Si los evaluadores son las ‘narices’ de los perfumes, los perfumistas son sus cerebros.

La labor del perfumista requiere una memoria sensible para recordar, registrar e inventariar miles (sí, miles) de olores en la mente. Igual a Grenouille de El perfume (Patrick Suskind) cuando, excluido en una cueva, se divierte organizando en su mente los olores percibidos desde su nacimiento, como libros en una biblioteca enorme.

Susie Dent, lexicógrafa norteamericana, afirmó a la BBC que un adulto maneja en promedio unas 20.000 palabras. Por ello no es tan exagerado que los perfumistas cataloguen en la cabeza tantos olores. En su imaginario, seleccionan las notas y escriben las proporciones en papel, tal cual un compositor en su pentagrama. Sus asistentes, por lo tanto, se encargan de las mezclas en el laboratorio de esencias.

Los perfumistas también saben traducir los atributos por los cuales un aroma se vincula con ciertos tipos de personalidad. “La mujer quiere expresarse cómo es, que su poder es reconocido y tiene autonomía e independencia. Celebramos esto con notas primorosas opulentas, de flores blancas como naranjo, tuberosas”, explicó Bonani.

Este oficio por supuesto involucra además una suerte de ciencia y arte, por la originalidad de las piezas olfativas, transversales y capaz de recurrir a estados de ánimo y sensaciones, y la concepción de un empaque original. Ciencia, porque requiere formarse en ciencias químicas y capacitación en la industria.

Carmita Magalhães (francesa) y Adilson Rato (brasileño), perfumistas de Firmenich en Brasil, ilustran estos atributos.

Carmita se topó con esta profesión por casualidad. “Era niñera para una ejecutiva de Loreal, en París. En su casa encontré un ejercicio olfativo que usé con los niños como un juego de memoria”, recordó. Sorprendió a la señora de la casa, porque ella en tres meses no se había aprendido el kit y Carmita lo memorizó en una hora. “Me dijo: ¡Debes estudiar perfumería!”.

Y así lo hizo. La carrera dura aproximadamente ocho años, incluyendo dos años mínimo de estudios en química e inglés, y luego formarse por lo menos cinco años entre la escuela perfumista y una empresa patrocinadora. Carmita estudió en Versalles, en Isipca (Instituto Superior del Perfume).

Adilson se inició en la perfumería a los 17 años, como aprendiz en una casa perfumista. No era su primera opción de estudios, quería dedicarse a una carrera relacionada con los animales. “Cuando estudiaba química visité una empresa de perfumes. Observé los frascos, cada uno con un aroma diferente. Sentí que cada uno tenía algo mágico”. Así se dejó conquistar por esta profesión, que además de proporciones correctas, exige una vocación casi mística. (I)

 

Emblemáticos

Varias de las fragancias más olidas y apetecidas en el mercado han sido cocinadas en Firmenich, como Aqua di Gio (Giorgio Armani), Boss Bottled (Hugo Boss), Romance (Ralph Lauren) y Lolita Lempicka. Ésika, marca de ventas por catálogo de maquillaje, bisutería, perfumes y artículos de cuidado personal, también aspira a ostentar aromas íconos en Latinoamérica. Por ello, con Firmenich ha lanzado cinco creaciones, representadas por reconocidas celebridades latinas para reforzar el carácter de los perfumes: Fascina Collection (Alessandra Ambrossio), Iluminas (Claudia Bahamón), Magnat (William Levy), Suntuosa (Ana Reguera) y Pulso (Christian Meyer).

 

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