Trotamundos en veredas

08 de Marzo de 2015
  • Jesús David (Colombia). Su quiosco está junto al de Émely. No se pelean por los clientes y la pasan bien.
  • Samantha Cruz (Colombia) con sus creaciones en tejido de cobre, acero e hilo. También hace artesanías con piedras, semillas y bambú. Cel.: 098-481-1859.
  • Emely Niman (Suecia). Usa un collar hecho por ella en la técnica macramé con ónix y aretes tejidos a crochet. Tiene apenas tres días acá, ¡y ya se quiere quedar dos meses más!
  • Noelia Ariztia (España). Trabaja en macramé con piedras semipreciosas e hilo encerado. Viaja por el mundo con Eloy Varillas (Perú). Cel.: 099-116-8808.
  • Sandra Finzi (Argentina). No sé qué más llama la atención, sus llamativos accesorios hechos a mano ¡o ese rapado de media cabeza, che!
  • Estand de René Díaz (Colombia). Elabora lindos aretes en bronce martillado con enchape de oro, soldado y calado manualmente. Solo está de paso en Montañita.
  • Andrea Azocar modela los aretes hechos por René, quien se sintió tímido y no quiso salir en la foto.
  • Sandra es experta en filigrana y macramé, que combina con materiales naturales. Está en Montañita desde hace once meses y estará un año más. Cel.: 099-896-2172.
Fotos: Víctor Álvarez | Producción: María Fernanda Maldonado

Montañita es Montañita. Es todo: es libertad y desinhibición. Melodías punchis-punchis las 24 horas al día. Es farra apenas te bajas del carro, es caminar en la calle sin zapatos (¿y qué?).

Es vacilar tu patín sin que nadie te diga algo, es escapar... Para otros también puede ser demasiada informalidad, incomodidad por la baja calidad de algunos servicios básicos e inconformidad por la falta de normas que conviven en la ciudad. O simplemente es un lugar berreado, que ya pasó de moda, cuyo encanto desapareció con los años de quien visita esta playa. Pero bueno, más allá de estas etiquetas que mi mente dispara cuando alguien menciona Montañita, también queremos rescatar las originales creaciones de los artistas-artesanos-trotamundos de pasada en esta comuna de la parroquia Manglaralto.

La mayoría son extranjeros que encontraron aquí espacio e inspiración para sus habilidades. Viven de esto hasta reunir lo suficiente para seguir buscando aventuras o regresar a sus patrias.

Mafer ‘vitrineó’ sus puestos y conversó con ellos, ¡dijo que todos se portaron muy buena onda! Le explicaron cómo hacen sus artesanías y algunos hasta le dieron el número para que los interesados los contacten.

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