Filósofo del estilo propio

21 de Octubre de 2012
Texto y foto Mauricio torres mt@mauricio-torres.com

Paseando por un evento de moda, me topé con Oswaldo mientras atendía su stand de venta de joyas. Nos fuimos de largo filosofando sobre ser único al momento de vestir y cómo influye la personalidad en esto. Un cuencano con mucha onda y poco miedo para destacarse entre los demás.

¿Qué eres para Mía Guillén (nombre del  stand donde se encuentra)?
Es parte mía, es de mi familia, creció con nosotros. Es una empresa que la tenemos desde hace muchos años.

Pensé que era una hermana o tía...
No, es una marca derivada de una empresa grande que se llama Guillén Joyeros.

Ok. ¿Qué onda con tu facha?
Es mi modo de vestir: atrévete a ser diferente nada más. Primero que sepas que lo que llevas te queda bien para no hacer el ridículo, luego, que la gente lo diga. Manejo mis diseños de ropa y hago que diseñadores cuencanos la confeccionen.

¡En Cuenca hay diseñadores muy chéveres! ¿Esa chaqueta quién te la diseñó?
La diseñé yo, pero la cosió Moscoso.

¡Está muy chévere! Tengo una parecida, pero esos patrones en realidad están por la parte de adentro. Me preguntaban que si me había puesto un mueble al revés.
¡De eso se trata! Que puedan hablar de ti. Para bien o para mal, siempre vas a destacar por algo. Pueden comenzar por la ropa y luego podrán ir conociendo más quién eres realmente.

Acá en Guayaquil es una cuestión de tener hue… Acá la gente es más conservadora y no le gusta salirse del molde.
Sí me lo han dicho. Llevo un año viviendo acá y he recibido comentarios que soy una cosa u otra y no es así. Hay que tener la capacidad mental de ¡poder reírte!

¡Hay que ser orgulloso de uno mismo!
Por supuesto, y saberlo llevar.

A mí me cuesta mucho encontrar gente con fachas que llamen la atención, para serte sincero. Aquí, en esta sección, la gente debe tener su propio estilo y mucha personalidad. No es la sección de los "mal vestidos" y hay gente que no entiende eso a veces.
¡Sí! Hay que tener apertura mental y buscar cada uno su propio estilo. Hoy me puedes ver así y mañana estoy con unos sacos superlocos pintados. Es muy interesante que la gente no te pueda encasillar en un estilo y que seas único.

¿Tu edad es ‘bastante’?
48 años, con todas las canas.

Así veo. Voy por el mismo camino.
¡Todos vamos por ahí!

Tengo 29 y mis alumnos, sin embargo, me ven como si fuese el hermano menor de Abraham. En fin. ¿Estamos en Guayaquil y andas de bufanda?
¡En el aire acondicionado! Igual salgo a veces así al mediodía, con el sol golpeando.

¡Ahí sí no estoy de acuerdo! (Risas)
Por ejemplo: trabajo a media cuadra de Mall del Sol. Entro al centro comercial y me atempero.

Pensé que salías a caminar por las deforestadas calles de Guayaquil con esa bufanda.
¡No! ¡No! ¡No! ¡No! ¡No!
Como decimos en Cuenca: a folklorear, no.

No tienes tan marcado el acento de las errrrrressss…
Es verdad, no tengo tan marcada esa herencia cultural. Pero llevo un año acá y también pasé siete años en Cuba. Ahí aprendí a bailar.

¿Baile favorito?
¡La salsa!

 

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