El Fred Astaire guayaco

07 de Agosto de 2016
Texto y foto: Mauricio torres / mt@mauricio-torres.com

Cierren las puertas del Hogar San José que Jorge llega bailando a puro ritmo de bolero danzón, a enamorar a todas y romper corazones (ojo: ya está casado). Este hombre bajito no se queda corto en amor propio. Conversa y derrocha carisma en cada palabra que dice. Tiene 80 años, pero tiene más espíritu que la mayoría de mis amigos.

Jorge Murillo Córdova, 80 años, disfruta de su jubilación

¿Qué onda con tu facha?
Siempre me ha gustado a mí vestirme de blanco. Primero para hacer un contraste con mi color de piel, que es oscurita. Segundo, en realidad, en un clima como el nuestro, tropical, pienso que se debe andar de blanco. Anteriormente se andaba de blanco, con guayaberas y todo. Era un sinónimo y símbolo de Guayaquil.

¿Pero blancos los zapatos, las medias, y el pantalón?
Estos zapatos con punta son los que se usaban antes.

¿Antes cuándo?
Usted aún no nacía.

¿Y de camisas? Siempre rayado?
Por lo regular. Pero también de blanco entero. Pero no me gusta de negro entero porque hace juego con mi color.

Cuando le pregunté qué hacía, me dijo que era el vago más vago. ¿Qué hace en su vagancia? Aparte de molestar a su esposa.
En realidad me levanto muy temprano, 5:30 am. Salgo un ratito para ver las plantas. Tengo un hijo que es arquitecto y me hizo unas bonitas jardineras en la parte de afuera.

¿Cuánto mide el dueño?
En mis años mozos, nada menos que hace sesenta años, medía 1,67.

¿Y ahora?
No sé qué pasa, pero me estoy encogiendo. Las enfermeras me dicen que estoy en 1,50. Les digo que me tomen en cuenta también el copete, que se usaba tipo Elvis.

Con esa facha le pongo que es medio bailarín. Me recuerda a toda la orquesta de Fania.
Si Dios no me hubiese permitido estudiar Jurisprudencia y después Medicina, habría sido coreógrafo. He sido bailarín, y hasta habría puesto una academia. Le bailo desde la conga. He pasado por el vals, la rumba y lógicamente no podemos olvidar el mambo. Luego aparece Elvis. Sigamos más adelante, vino el furor de los boleros, que es donde me enamoraron y gracias a ellos es donde caí.

¿Mejor canción para bailar?
Hay tantas. Depende. Si uno está enamorado, el bolero. Si uno no está tan enamorado y anda efusivo y eufórico, como yo, el bolero danzón.

¿Un buen bolero danzón?
Eso era maravilloso. Se lo aprendí a Cantinflas. Era el Rey del Bolero Danzón.

¿Algún hijo o nieto que haya salido bailarín?
Tengo dos hijos, Jorge Luis y Giovanni. Metí a ambos en academias de baile y los han rechazado, a pesar de que intenté sobornar a los maestros de baile. Las nietas sí tienen algo de uno. Algo se ha de transmitir a las otras generaciones.

Dicen que todo se salta una generación. (E)

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