En la ciudad de Manta: Paraíso junto a la playa

Por Epicuro
21 de Septiembre de 2013

“Los domingos son muy especiales pues el bufé típico ofrece los platos más populares de la gastronomía ecuatoriana. Se sirve bajo cubierta al aire libre mientras el Grupo Centinela de Portoviejo ameniza la mañana”.

Regresé hace poco de Manta donde me alojé en el hotel Oro Verde. Hace un par de años visité el restaurante Martinica, la experiencia fue muy grata, solo espero que hayan mantenido la calidad demostrada en aquel entonces. Conocí o reconocí ahora nuevos lugares como el restaurante Moya de impecable calidad. El Oro Verde es paradisiaco por su ubicación junto a la playa, el confort de sus habitaciones, su excelente nivel gastronómico.

El gerente Christophe Moreau, de carácter jovial, inspira simpatía, dirige con acierto, logró bajar costos con medidas que no afectaron en lo mínimo el desenvolvimiento del hotel, por ejemplo, en lo que se refiere a una alza excesiva e inútil de la energía eléctrica, dio al hotel su actual carisma. Insisto en que la personalidad de un gerente general, demostrada a través de sus actividades profesionales, es la que otorga imagen a un establecimiento. La remodelación del hotel permitió destacar su posición privilegiada frente al mar, explotando al máximo la vista panorámica y la riqueza gastronómica.

El personal de recepción es amable, enarbola sonrisas que lucen espontáneas, no obligadas, tiene calidez humana, sabe de hospitalidad, hay un afán de servicio que habla de una precisa formación hotelera.

El chef Ricardo Paucar conoce su oficio, maneja muy bien el repertorio de la cocina peruana y de la internacional, luego ustedes podrán saborear platos típicos del país vecino como un trío de papas a la huancaína, el cebiche peruano, las causas y tiraditos. El precio de los platos oscila entre $ 9 y $ 15. Aprecié particularmente las texturas marinas en el que el chef combina la causa con maduro, pulpos a la brasa y cebiche norteño, cubriéndola con una salsa de olivas de color morado. El cebiche limeño elaborado con corvina, limón jengibre, camote confitado, choclo y lechuga es muy refrescante. Pueden pedir los pulpos a la brasa pues son tiernos, de sabor concentrado o los crocantes chicharrones de camarón.

Como plato fuerte probé un atún sellado con pimienta servido con puré de camote, salsa de aguaymanto (lo llamo uvilla) y maracuyá. Desde luego están en la carta las chuletas de cordero servidas con cuscús, el cerdo confitado en vino tinto y salsa demi glace (harina, mantequilla fondo de caldo oscuro), el sudado de corvina. El tacú tacú de frijoles con camarones es un plato obligado de la gastronomía peruana, aquí el chef lo trata con salsa de coral, ají panca, vino blanco.

Tienen la opción del sushi, de los arroces, pastas italianas, parrilladas. El desayuno es un bufé muy bien surtido. Debo decir que son pocos los hoteles que sirven huevos revueltos de calidad como los comí allí, en general suelen ser resecos o desabridos. Encontrarán frutas, panes variados de la casa, jamones, embutidos, yogur, más todo lo que pudiera tentarlos.

Los domingos son muy especiales pues el bufé típico ofrece los platos más populares de la gastronomía ecuatoriana. Se sirve bajo cubierta al aire libre mientras el Grupo Centinela de Portoviejo ameniza la mañana: tienen un guitarrista de mucho talento y una excelente vocalista. La unión de los platos, bebidas, música más una vista sobrecogedora al mar bastan paras convertir su desayuno dominguero en gratísima experiencia.

El hotel dispone de una amplia zona de parqueo, un bar para sus cocteles, una boutique para ciertas compras. Ofrece también salones para eventos o conferencias. La piscina ubicada junto al comedor atrae a muchos visitantes.

epicuro44@gmail.com

 

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