Mónica Almeida, jefa de Redacción de EL UNIVERSO en la capital, se sentó 20 minutos con Philippe Starck en Cumbayá y lo que sale de ese encuentro es motivo de una de esas entrevistas  que se infiltran delicadamente en nuestra sangre. La ayudó su dominio del francés.

El marido de Mónica es nacido en Francia y allá se conocieron y vivieron durante algunos años. En su vibrante percepción de Starck, él es uno de esos genios de la inventividad a todo nivel, que a su vez demuestra ser una persona sencilla que “cree principalmente en la armonía, de estar rodeado de personas queridas, de saber quién es uno y qué quiere de la vida”. Después si podemos decidir dónde y cómo vivir.

La creación de esos ambientes viene entonces de un balance entre nuestra vida como reflejo de lo auténtico en cada uno. (O)